"Cuando se largó a llover tuvimos que mandar a los cuatro niños a dormir con una vecina y con mi marido pasamos la noche arreglando la mediagua", cuenta Soledad Yáñez, del cerro La Cruz, mientras martilla el techo y agrega nailon a la casa de emergencia que recibieron desde el gobierno.

El agua que comenzó a caer tímida en la madrugada de ayer, en cosa de una hora tenía la casa empapada. Lo mismo ocurrió con varias familias de afectados por el megaincendio de Valparaíso, que no sortearon el primer aguacero del año. "Esto nos va a llevar a tomar otra decisión, porque si viene una lluvia con viento nos vamos a quedar a la intemperie, esta pesadilla no se termina", dice angustiada Yáñez.

En el sector El Vergel, Juan Pablo Márquez reclamó que "esto no es digno, no somos pobres y estas soluciones son para pobres. Además de estar mal sicológicamente por el incendio, nos vamos a enfermar por no tener un techo firme que nos proteja".

El delegado presidencial para la reconstrucción, Andrés Silva, recorrió parte de los cerros siniestrados, constatando que al menos 40 residencias provisorias sufrieron filtraciones debido a deficiencias en su construcción, por lo que recibieron ayuda técnica.

Silva indicó que "estos son casos puntuales, ya que el material resistió bastante bien. Además, cada familia se preparó para enfrentar las lluvias".

Simultáneamente, 10 cuadrillas de personal de emergencia dispuestas por la dirección regional de la Onemi y la Municipalidad de Valparaíso, en el marco del plan de revisión y prevención, asistieron a los nuevos damnificados.

El director de Onemi Valparaíso, Guillermo de la Maza, indicó que "una sola familia de El Vergel sufrió la voladura de su techo, por lo que se trasladaron a  casas de familiares".

En el Estadio O'Higgins aún se mantienen cinco familias, y se dispuso como albergues de emergencia el Polideportivo de Playa Ancha y el Gimnasio Naval, en calle Colón.