En estos días, Vancouver es una fiesta. Y tal vez en nuestras latitudes la magnitud del evento resuene poco, pero en el hemisferio norte -donde la nieve se toma las estaciones frías- los Juegos Olímpicos de Invierno son todo un acontecimiento.

La ciudad más grande de la Costa Oeste canadiense será la sede del evento, que comenzará este viernes 12 de febrero. Aunque los aires de celebración en Vancouver se sienten desde hace mucho antes. Y no es para menos, ya que en Canadá los deportes de invierno se viven con una pasión tan acalorada como lo permiten las gélidas temperaturas.

Por eso, logró hacer una reinvención completa en tiempo récord, y todo para recibir a la esperada llama olímpica. En la actualidad, la ciudad luce más impecable que nunca, lo que es mucho decir pensando en que es una de las cinco urbes con mejor calidad de vida en el mundo. Su aire provinciano ha quedado atrás y el sobrecogedor paisaje montañoso que la rodea ahora es sólo uno de muchos atractivos que invitan a conocerla.

BROOKLYN EN EL PACIFICO  
La cara más visible de la renovación de Vancouver es, sin duda, su downtown,  ahora lleno de elevados y modernos rascacielos de cristal. Destaca por sobre todo la zona de Coal Harbour, lugar donde se emplazó la villa olímpica y que tiene algunas de las vistas más espectaculares de la ciudad. Lo mejor es visitarlo al atardecer, cuando el fondo montañoso adquiere distintas tonalidades.

Podría decirse que este sector se ha convertido en una suerte de "Brooklyn canadiense", habitado por jóvenes yuppies siempre atentos a las vanguardias urbanísticas. Aquí, por ejemplo, están los únicos departamentos y casas flotantes de toda la ciudad;  un capricho chic que se está tomando esta ala de la creciente urbe.    

Por su parte, Robson Square es reconocido como el corazón de Vancouver, donde es fácil impregnarse de la magia invernal canadiense con pistas de patinaje y calles adornadas por la nieve, como la propia Robson Street, donde es imperdible una visita al Museo de Bellas Artes, que acaba de estrenar una nueva y fabulosa fachada. En esta misma avenida se ubica el impresionante Stanley Park, que albergará el espectáculo de inicio de los Juegos Olímpicos.

La vida nocturna de Vancouver últimamente se ha trasladado hasta Granville Island, un olvidado barrio industrial que fue recuperado y tranformado en una zona turística repleta de tiendas, restaurantes y museos. Aparte de excelentes bares y cafés para pasar una noche tranquila y divertida, un gran imperdible es hacer una visita durante el día a sus mercados. El más importante de todos es el Public Market, siempre con intenso movimiento, con músicos tocando en vivo y buena comida a precios razonables. Y si va con niños, no puede dejar de visitar el Kids Market, con muchas tiendas de juguetes, ropa y dulces.

MEDALLA DE ORO

El mundialmente célebre salmón de Vancouver no es la única oferta gastronómica de la ciudad. Recientemente (y aprovechando la contingencia de los Juegos Olímpicos) la revista Condé Nast Traveller le otorgó la "medalla de oro" a sus restaurantes de comida china. Algo que no es de extrañar, pensando en que el 40% de su población es de origen asiático.

Según el artículo, la mejor experiencia en platos orientales la tendrá en Richmond una pequeña ciudad a 13 km del centro de Vancouver. Y al parecer las ofertas son tentadoras: para la publicación, el pescado tilapia, al estilo Ghizou, del restaurante S&W Pepper House es motivo suficiente para tomar el siguiente vuelo que parta a Canadá.