Minuto 113. Alexis Sánchez intercepta un balón en la salida portuguesa y juega para Francisco Silva. El Gato, que segundos antes había ingresado, enfila rumbo al arco de Rui Patricio. Pero José Fonte interrumpe su marcha triunfal y lo derriba con un pisotón. El árbitro iraní Alireza Faghani corre hacia el área, pero en vez de sancionar el penal, cobra saque de meta, desatando los airados reclamos del equipo chileno.
Los jugadores nacionales insistían al juez, pero éste no cambió su postura y no recurrió al VAR, cuyos encargados eran el uzbeko Ravshan Irmatov, el saudí Abdulah Alsalwai y el estadounidense Jair Marrufo.
"No se ocupó el videoarbitraje, porque el árbitro tiene una claridad absoluta de la jugada y mientras él no lo solicite, no se puede emplear", explica Rubén Selman, ex árbitro internacional y colaborador de El Deportivo.
Sin embargo, el protocolo pone en duda este criterio, ya que indica que "el VAR chequeará automáticamente cualquier situación para ver si se ha cometido un potencial error que pudiera cambiar el partido". Justamente lo que debió haber ocurrido en la jugada de Fonte y Silva.
Sin ir más lejos, durante la Copa Confederaciones se han revisado varias jugadas similares. Incluso, bastantes segundos después de ocurrido el incidente, lo que pone en evidencia la disparidad de criterios.
De todos modos, Selman destaca el arbitraje del asiático, afirmando que el punto negro de su desempeño fue no haber cobrado la pena máxima: "El único error que comete fue ése. De hecho, en mi primera impresión, tampoco era penal. Sin embargo, con la imagen de televisión se ve claramente que fue lo contrario".
"Fue un buen arbitraje, estuvo sólido y amonestó a los que tenía que amonestar. Es un árbitro de mucha proyección y por algo la FIFA lo tiene considerado", apunta. Y remata, categórico: "Para mí, fue un arbitraje más que aceptable".