El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa agradeció este jueves a la presidenta argentina Cristina Fernández su intervención para frenar a intelectuales afines al gobierno que buscaban impedir su asistencia a la Feria del Libro de Buenos Aires.

Durante la esperada charla magistral que ofreció ante más de 800 personas en el principal auditorio de la feria, Vargas Llosa señaló que las actitudes como el intento por dejarlo fuera de la feria ponen en jaque la libertad de expresión, pero tampoco limitó su sus críticas hacia el rumbo político que tomó Argentina en las últimas décadas.

"Agradezco a los organizadores de este certamen haber resistido las presiones de algunos colegas y adversarios de mis ideas políticas para desinvitarme. Y extiendo mi agradecimiento a la presidenta, señora Cristina Fernández de Kirchner, cuya oportuna intervención atajó aquel intento de veto", sostuvo el escritor peruano, quien leyó un discurso antes de contestar las preguntas presentadas por un moderador.

La presencia del autor de "La Fiesta del Chivo" fue rechazada por intelectuales cercanos al oficialismo y funcionarios molestos por los señalamientos del escritor al gobierno de Fernández, así como al peronismo.

"Ojalá esta toma de posición en favor de la libertad de expresión de la mandataria argentina se contagie a todos sus partidarios y guíe su propia conducta de gobernante", enfatizó Vargas Llosa, quien antes de su participación en la feria declaró en una entrevista que algunos medios de comunicación críticos al gobierno "están limitados y amenazados".

No hubo incidentes durante el evento pese a que se especuló sobre posibles protestas de grupos kirchneristas y de corrientes contrarias al escritor. El único hecho fuera de lo previsto fue la presencia de la líder de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien le entregó a Vargas Llosa un petitorio de la organización sobre libertad de expresión.

Las Madres de Plaza de Mayo exigen que el Grupo Clarín, crítico al gobierno de Fernández al que ellas defienden, incluya en sus ofertas de televisión por cable al canal que transmite su programa televisivo.

"Contamos desde ya con su colaboración... yo entré con mucho respeto, me atendió. Se la dejé (la carta) y él me dijo que me va a contestar", dijo Bonafini.

Desde muy temprano, una larga fila de personas se formó frente al predio en el barrio de Palermo, donde se encuentra la feria, para conseguir uno de los 200 lugares disponibles al público en la sala donde se presentó Vargas Llosa, que lleva el nombre del argentino Jorge Luis Borges, uno de sus escritores favoritos.

Los 600 invitados restantes eran escritores, diplomáticos, periodistas y dirigentes políticos de la oposición, muchos de los cuales fueron recibidos por Vargas Llosa el lunes en el hotel donde se hospeda.

Otros cientos de personas siguieron la charla a través de pantallas gigantes colocadas en salones adyacentes.

Vargas Llosa, quien poco antes de asistir a la feria fue declarado "Huésped de Honor de Buenos Aires", dijo que el intento de veto de intelectuales kirchneristas plantea un asunto interesante y actual que decidió definir como: "La libertad y los libros".

Los libros "han despertado a lo largo de la historia el recelo de los enemigos de la libertad, quienes se creen dueños de las verdades absolutas, los dogmáticos y fanáticos", dijo.

Vargas Llosa se ganó varios reproches por sus opiniones sobre la situación del país.

Al respecto, el escritor, quien se definió como liberal en la charla, dijo: "Yo no critico a Argentina, yo he criticado ciertas políticas en Argentina que me parecen equivocadas, como lo he hecho en mi país y con otros. Hubo evidentemente errores garrafales en el campo político".

Agregó que en el país existe una crispación política muy fuerte y que al mismo tiempo "desaprovechó oportunidades extraordinarias".

Señaló que sus críticas no son un ataque. "Algunos argentinos ven en eso hostilidad, al contrario es un acto de solidaridad con el pueblo argentino", dijo al final de casi dos horas de charla.