El futuro deportivo de Eduardo Vargas está otra vez en suspenso. El delantero chileno dejará el Hoffenheim alemán y hasta ahora no sabe dónde continuará su carrera.
Algunas versiones de la prensa internacional lo vinculan al Flamengo brasileño, aunque también sus pasos son seguidos desde la propia China, donde se encuentra por estos días con la Selección, la única camiseta con la que aún logra destacar.
Desde que dejó Chile, en 2012, la vida deportiva de Vargas, que un año antes se había convertido en uno de los mejores jugadores de América, no ha dejado de tener altibajos. Primero fue Napoli, luego un paso intermedio por Cruzeiro, y después Valencia, Queens Park Rangers y Hoffenheim. Ni el Calcio, ni La Liga, ni la Premier League, ni la Bundesliga. Hasta ahora Vargas simplemente no ha encontrado su espacio en el fútbol internacional.
De hecho, en todos estos años, su único paso con algo de notoriedad fue en Brasil, donde actuó en 37 partidos y anotó 11 goles. Fue en 2013 y no habría más. Salvo la Roja, donde siempre respondió y donde ya es el cuarto goleador histórico, con 32 conquistas.
En China, donde hoy temprano por la mañana comandará el ataque de la Roja frente a Croacia, el ex Universidad de Chile intentará volver a responder y seguir acrecentando su figura en el equipo nacional.
De hecho, frente a la actitud de todos los participantes del certamen que se disputa en Nanning de jugar casi únicamente con futbolistas que militan en las ligas locales, el nacido en Renca es una de las principales figuras. O al menos uno de los de mayor recorrido.
Ratificado por Juan Antonio Pizzi como eje del ataque chileno, el formado en Cobreloa podría superar incluso a Iván Zamorano y posicionarse aún más arriba entre los delanteros más letales de la selección nacional.
El caso de Vargas es particular desde donde se le mire. De hecho, entre los máximos anotadores activos de los equipos que dominan el ranking FIFA, el chileno es el único que no logra tener figuración en su club e, incluso, es el único que milita en un equipo de segundo orden en su respectiva liga. "Cuando estoy en modo selección siempre estoy muy feliz con mis compañeros y eso me ayuda a estar alegre en el campo. Así salen las cosas", explica el propio ariete.
Y aunque su mente está puesta, según sus propias palabras, solamente en lo que ocurra en el cuadrangular que disputará con la Selección, mira de reojo el futuro y no se cierra a nada, ni siquiera al fútbol chino. "He visto bastantes fichajes de grandes jugadores. Si eso le da nivel al fútbol chino está bien, pero primero tengo que ver las condiciones y conversarlo con mi familia", dijo. "Si es un buen equipo, claro que me gustaría", añadió, abriéndose a todas las posibilidades. Tras varios años de ir y venir, es el único camino posible.
Con 27 años, Vargas aún tiene algo que decir. En la China Cup se juega, entonces, un poco más que los demás. De la mano de la Roja, busca otra oportunidad.