La explanada de Maquehue (Temuco), donde el Papa Francisco celebró la segunda misa en su visita a Chile, estaba habilitada para recibir al menos 400 mil personas. Finalmente, llegó cerca de la mitad, según las cifras recibidas por la comisión organizadora de parte de Carabineros. Un hecho que reavivó entre los veteranos periodistas que acompañan al Pontífice en sus giras apostólicas el comentario sobre el poco entusiasmo que parece haber encendido la presencia de Francisco en Chile.
"Es la sexta visita del Papa a América Latina, yo las hice todas, pero la verdad es que sorprende mucho, porque estamos en un país católico que parece que ya no es tan católico", comentó Elisabetta Piqué, periodista argentina y autora de una las primeras biografías sobre el Pontífice argentino Francisco, vida y revolución. "La verdad es que ha sido bastante decepcionante, aunque se sabía que esto venía, porque había una Iglesia con una sangría de fieles", sostiene.
"Se ve que en este país la Iglesia tiene un problema", agrega Andrea Tornielli, editor de Vatican Insider y uno de los vaticanistas más cercanos a Jorge Mario Bergoglio. "Estamos en América Latina y yo no he visto muchísima gente en las calles, yo estuve en Colombia, Ecuador, Bolivia, Paraguay y Brasil y el panorama era muy distinto", precisa el también autor de más de 10 libros sobre el actual Pontífice, entre ellos In Viaggio, sobre los viajes de Francisco.
Piqué incluso recuerda que en el reciente viaje a Colombia, en septiembre del año pasado, la multitud que salió saludar al Papa incluso dificultaba el avance de los buses donde se desplazaba la comitiva de periodistas. Una situación que en Chile ha estado lejos de suceder. Incluso, tras llegar a Temuco poco antes de las 10.00 eran escasas las personas que saludaban al borde del camino. Durante gran parte del recorrido solo se veían carabineros cada 500 metros custodiando al borde del camino. Esta situación contrasta también con la visita a Bolivia en 2015.
Según Tornielli, "la gente tiene una opinión de la Iglesia que no es muy alta y está lejos de la que tenía en la época de la dictadura, cuando tenía grandes obispos". Algo que comparte Piqué, quien habla de una Iglesia "elitista, clerical, que está pagando por eso y por los escándalos de abusos". Algo que, según ella, el Papa tiene claro, como quedó de manifiesto en los discursos del martes, cuando expresó su vergüenza por los casos de pedofilia y, más tarde, en el discurso a los religiosos, cuando criticó duramente el clericalismo y la Iglesia alejada de la gente.
"Varita mágica"
"Seguramente vino para eso, sabiendo que acá hay dificultades y hay que tratar de cambiar las cosas", precisa, aunque agrega que eso no quiere decir que tras su visita todo va a cambiar. "Él no tiene la varita mágica, pero sabe que esta visita puede iniciar un proceso de transformación".
"Yo creo que las actitudes del Papa van a contribuir a la Iglesia chilena", asegura, por su parte, el argentino Sergio Rubin, autor de El Jesuita, la primera biografía de Jorge Mario Bergoglio antes de que fuera Papa. El periodista, quien cubrió la misa de Francisco en Temuco, destacó las palabras del Pontífice sobre los casos de abusos, porque "marcó un camino a la Iglesia chilena para enfrentar todo esto". "Me parece que en ese tema este Papa ha sido muy claro, ha continuado la línea de Benedicto XVI y la ha profundizado, creando una comisión para la tutela de los menores", precisa.
Esta visión es compartida por Piqué, aunque reconoce que será un camino largo. "De hecho, apenas dijo lo que dijo y dijera perdón surgieron voces que decían 'sí todo bien, pero…', y entonces volvieron los peros. Son procesos y también la Iglesia no puede recuperar su credibilidad de un día para otro. Esto va a ser un proceso, aunque los optimistas seguramente piensa que la visita marcará un giro", sostiene la vaticanista argentina.
Ataques contra iglesias
Pero la sorpresa de varios vaticanistas va incluso más allá, como lo precisa Piqué. "Toda esta tensión que se ha vivido, los incidentes, es algo que nunca antes habíamos vivido", sostiene. Según Piqué, es la primera vez que el Papa va a un país católico y hay estos ataques (a las iglesias). Fue a Egipto, pero allá los ataques son de fundamentalistas islámicos, acá es un país católico", dice. Aunque tras hacer una pausa agrega: "Es más, en países no católicos, no hubo nunca tanta tensión".
En ese sentido, el mensaje en Temuco fue claro al condenar ese camino. Ahí, el Papa denunció "una cultura del reconocimiento mutuo no puede construirse en base a la violencia y destrucción que termina cobrándose vidas humanas. No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, eso lo único que despierta es más violencia".
"Pero más allá de esas tensiones que nunca habíamos visto, creo que Francisco conquistó a los chilenos porque lo vieron como es, que es el Papa de los pobres, que se mueve en un auto normal, que es auténtico", concluye Piqué, para quien Bergoglio es "un animal político". "Es un hombre de oración pero que no da puntada sin hilo, sabe exactamente lo que hace y para qué lo hace, pero eso no quiere decir que tenga un libreto estudiado, no tiene estrategia mediática, es sólo ser él mismo (…). Benedicto XVI decía yo no soy un hombre de gobierno, este Papa es un hombre de gobierno". Por eso a Piqué no le cabe duda que Bergoglio tenía claro donde venía.