Las investigaciones relacionadas con el arresto del mayordomo papal, Paolo Gabriele, no involucran a ningún cardenal, afirmó el director de la sala de prensa del Vaticano, el sacerdote Federico Lombardi quien salió al paso de versiones de prensa que indicaban esa posibilidad.

En dichas investigaciones "no hay ningún cardenal indagado", ni italiano ni extranjero, sostuvo hoy Lombardi. De paso, manifestó que no permitirá la presión de los medios de comunicación para acelerar una investigación que gatilló la detención de Gabriele, apunta Reuters.   

Explicó que el hecho de que la comisión cardenalicia creada por el Papa Benedicto XVI para investigar la filtración de documentos reservados pregunte a diferentes personas, entre ellas purpurados, "no significa que sean sospechosos", acotó.

El Pontífice está "obviamente informado" del desarrollo del caso, "conciente de que se trata de una situación delicada que se está viviendo en la Curia", dijo Lombardi. Para el Pontífice -destacó- también en este caso la línea a seguir es "la transparencia".

GABRIELE
Sobre la situación de Gabriele, Lombardi dijo que el mayordomo del pontífice fue detenido a últimas horas de la tarde del pasado miércoles y que sigue bajo arresto. A través de un comunicado indicó que finalizó "la primera fase de 'instrucción sumaria' bajo la dirección del Promotor de Justicia, prof. Nicola Picardi, y ha comenzado la fase de 'instrucción formal', dirigida por el juez instructor, prof. Piero Antonio Bonnet".

Ayer acudió a misa y hoy fue visitado de nuevo por su abogado, Carlo Fusco, quien entregó un comunicado a Lombardi, en el que cuenta la decisión del mayordomo de colaborar con la justicia.

"Paolo Gabriele declaró al juez que ofrecerá la más amplia colaboración y que ello se producirá una vez que yo y la otra abogada defensora, Cristina Arru, hayamos estudiado bien el caso", escribió Carlo Fusco.

En esa nota, Fusco aseguró que Gabriele, de 46 años, "responderá a todas las preguntas y colaborará con los investigadores para que se sepa la verdad".

Fusco expresó su "estupor" ante las informaciones aparecidas en la prensa respecto a que en la casa del mayordomo, que vive en el Vaticano, la Gendarmería Vaticana confiscó "cajas de documentos en cantidades impresionantes y aparatos para fotografiar o reproducir cartas.

Según Fusco, algunos periodistas afirman conocer esos elementos del proceso, "cuando éste está cubierto por el secreto del sumario y todavía ni lo sabemos nosotros".

También aseguró que la esposa de Gabriele sigue viviendo en el Vaticano y que confía en la magistratura. Según Fusco, el mayordomo está sereno y tranquilo y contó que él le defiende por la amistad y gran estima nacida desde que eran niños.