El comienzo del período estival en el complejo Pingueral será diferente este año. Una resolución de Bienes Nacionales y la Intendencia del Biobío que obliga a permitir el libre tránsito de personas a través del acceso principal hacia la playa del sector, emplazada en Tomé, VIII Región, ha obligado a realizar modificaciones en el recinto. Las medidas apuntan a reforzar los controles de seguridad, sin que ello signifique cambios drásticos en el estilo de vida de los residentes.
Desde la apertura del lugar a todo público, en junio de este año, se elevó el número de delitos, en particular el robo de especies en viviendas deshabitadas, registrándose más de treinta hechos de esta índole. El presidente de Inmobiliaria Pingueral, Gustavo Yánquez, dice que la preocupación radica, principalmente, en el denominado "robo hormiga".
Con la finalidad de dar más tranquilidad a los vecinos, se imitará un sistema de seguridad ya usado en Santiago.
Se trata de la instalación de botones de pánico que, al ser accionados, emitirán una señal a una sala de control que avisará a su vez a los equipos de seguridad del complejo y Carabineros, reduciendo hasta en un 60% los tiempos de reacción ante delitos flagrantes.
Los dispositivos serán instalados en las 500 viviendas que hay en Pingueral, los que, además, dispondrán de sensores de movimiento en puertas, ventanas y, en algunos casos, en antejardines.
"Estas ideas se van a aplicar, porque no podemos desconocer que la delincuencia está viviendo con nosotros, la cifra se disparó luego del decreto. Los condominios que son privados tienen sus propios mecanismos, pero el resto, es decir el 50% de Pingueral, utilizará este método", dijo Yánquez.
Un objetivo es frenar la emigración de actuales residentes. Rubén Palma, gerente de operaciones de empresas Pingueral, explica que "es efectivo que ha aumentado la venta de casas, eso es por la pérdida del estilo de vida que tenían en el recinto. Es una de las principales causas que aducen quienes están empezando a vender, la inseguridad", señaló Palma.
Las medidas de seguridad que se espera aplicar en el verano van dirigidas, además, a la restricción vehicular. Hoy una ordenanza comunal autoriza a sectores que así lo deseen a controlar el ingreso de autos entre las 20.00 y las 7.00. Rige desde el 15 de septiembre y los representantes del recinto están evaluando presentar una solicitud. "Pingueral no está capacitado para recibir un flujo alto vehicular. Pretendemos una restricción vehicular total, porque fue concebido sin zona de estacionamiento. Es una zona residencial con estacionamientos muy limitados y exclusivamente para los propietarios y sus invitados", dijo Yánquez.
La propuesta sería analizada por Tomé, según el alcalde Eduardo Aguilera. "Se puede aceptar esa regulación, porque Pingueral no es una playa apta para el baño, aunque el control sería voluntario", explica.