La semana fue intensa para el ministro de Hacienda, Andrés Velasco. "Sinceró" las cifras fiscales, admitiendo que el gasto público este año crecerá un abultado 14,5%, lo que a su vez implicará un déficit estructural de 0,4% frente a la meta de balance 0% que debía cumplir. También se anunció que parte del déficit efectivo se financiará con la repatriación de otros US$ 4.000 millones desde los fondos soberanos, lo cual causó sobresaltos en el mercado cambiario con el dólar bajando $ 30.
Ambos elementos levantaron críticas desde la vereda de los expertos y del mundo empresarial, preocupados porque la presión del gasto fiscal puede desestabilizar el cuadro macro y la caída del tipo de cambio afectar la competitividad del sector exportador y, por esa vía, la recuperación.
Pero aunque el ministro refuta una a una las críticas y reivindica la política muy expansiva que ha seguido el Fisco, sí envía dos mensajes para los "preocupados": se acabaron los paquetes de gasto público y en el Presupuesto 2010 se reafirmará el compromiso con la regla fiscal estructural.
Para algunos analistas es excesivo el crecimiento de 14,5% del gasto fiscal de este año, y ven muy poco espacio para subirlo en 2010.
Chie hace dos décadas que tiene políticas fiscales prudentes. Tengo la total certeza de que el Presupuesto del próximo año y las políticas fiscales en el futuro seguirán esta línea. Al mismo tiempo, entendamos bien la cifra de gasto: se explica transparente y fácilmente sumando el plan fiscal, el impacto fiscal de las otras iniciativas estabilizadoras que hemos adoptado desde enero, y el cambio drástico en la inflación proyectada. Sin gastar un peso más, si la inflación cae, contablemente el crecimiento real del gasto sube. ¿Y qué ha ocurrido? A comienzos de año la inflación promedio proyectada por el gobierno y el mercado era de más de 5% y hoy está levemente por sobre el 2%. Esa diferencia explica casi tres puntos del incremento contabilizado del gasto real.
Pero se teme que ese gasto pueda elevarse aún más. ¿Habrá nuevos paquetes de medidas fiscales?
No habrá otro, de ningún modo. No reaccionamos a las últimas cifras. Tenemos un plan que lo venimos aplicando desde el cuarto trimestre del año pasado. Ese plan contempló desde el inicio medidas que se ejecutan durante 2009, pero que ya fueron legisladas. Me refiero al pago del bono en agosto, a la devolución de impuestos en septiembre, que se aprobó en enero, y a los beneficios previsionales que se pagan en septiembre. Ese es el plan que hicimos hace bastante tiempo y que vamos a cumplir.
¿Piensa reponer en el Presupuesto 2010 la meta de un superávit fiscal estructural de 0,5% que removieron este año?
La política fiscal de los gobiernos de la Concertación ha sido seria, responsable y se ha beneficiado mucho del enfoque estructural de las finanzas públicas. Es un enfoque que ha dado resultados y que seguiremos utilizando.
¿Es decir que sí la va a reponer?
Lo que quiere decir es que la política fiscal usando criterios estructurales y de largo plazo es un activo que este gobierno valora y mantendrá. La discusión sobre los detalles del presupuesto nunca la hemos adelantado. Pero el criterio de manejar responsable las finanzas públicas es un componente irrevocable de nuestras políticas públicas.
CAIDA DEL DOLAR
¿Cuán responsable de la fuerte caída que sufrió el dólar esta semana es el aumento del gasto público y la liquidación por parte del Fisco de US$ 4.000 millones?
Es importante no perder de vista que después de los anuncios de marzo -que también incluía liquidación de dólares- la apreciación del peso fue pasajera. Pronto se revirtió y muchos agentes de mercado se equivocaron con sus apuestas. Hoy el enfoque al financiamiento que hemos adoptado es balanceado y busca utilizar los dos instrumentos que están disponibles -el endeudamiento interno y el uso de recursos externos-, y cuidar sus efectos en los distintos precios financieros, incluyendo también las tasas largas de interés. Es notable cómo las tasas largas en respuesta a este plan han tendido a la baja, lo que ayuda a consolidar la reactivación.
Usted ha dicho que el tipo de cambio es competitivo. ¿Lo es todavía en el nivel actual de $ 538?
Yo he dicho que el tipo de cambio es un componente clave de la estrategia de crecimiento que Chile ha tenido por muchos años. Precisamente por eso hemos tenido políticas pro competitividad. Hemos ahorrado en el extranjero, hemos tomado medidas muy celebradas como permitir que los exportadores paguen sus impuestos en dólares, hemos usado todos los márgenes disponibles en la ley para emitir deuda en UF o pesos. Es decir, es un enfoque equilibrado que busca, entre otros objetivos, velar por la competitividad de la economía.
Sin embargo, el tipo de cambio se acerca a su menor nivel de 2008.
El dólar está aproximadamente $ 110, o 25%, por sobre su menor nivel del año pasado. Cualquiera que se dé la molestia puede calcular el tipo de cambio real efectivo multilateral y constatar que es la medida que importa para la competitividad de la economía, y que ha estado y sigue estando en niveles bastante parecidos a los del promedio histórico.
¿ESTAMOS EN RECESION?
En el mercado se critica que Hacienda no previó la recesión. De hecho, la proyección de crecimiento en septiembre pasado fue de 4% para 2009 y ahora la mitad del nuevo rango es -0,25%.
Perdón, ¿y esos agentes del mercado, qué proyecciones tenían ellos a la misma fecha? ¿Hay alguien que se dedique profesionalmente a hacer proyecciones, de Chile o del mundo, que no haya disminuido drásticamente su estimación entre septiembre pasado y hoy?
¿Y por qué el gobierno no reconoce que hay recesión?
La definición técnica de ese concepto varía de metodología a metodología, entonces, más que jugar al juego de los adjetivos, hemos sido muy claros respecto de los números: el BC y Hacienda tienen un rango de proyección oficial que le asigna una probabilidad pequeña a un leve crecimiento y también una probabilidad a un leve decrecimiento. La realidad es que la economía chilena va a andar mucho más lento este año que en 2008 y el gobierno ha sido de los primeros en constatarla y actuar de modo coherente. Hemos ido delante de las circunstancias y no detrás.