La pregunta del millón en el Salón del Yate de este año en Mónaco es: ¿Vendrán los rusos?
Las sanciones económicas de los últimos meses impuestas por Estados Unidos y Europa en respuesta a las incursiones del presidente ruso Vladimir Putin en Ucrania dejaron a la industria de súper-yates con la perspectiva de menos órdenes. Los multimillonarios rusos han sido una fuerza propulsora en el mercado de los yates más grandes del mundo, como lo prueba el "Eclipse" de 162,5 metros de largo propiedad del oligarca Roman Abramovich.
Los representantes del sector reunidos esta semana en Mónaco para la feria anual del yate se preguntan si las presiones geopolíticas están marcando una pausa en la fiesta.
"Es evidente que ha habido proyectos en el sector que no se materializaron debido a la situación", dijo Peter Lurssen, socio gerente del astillero familiar Lurssen Werft GmbH con sede en Bremen, Alemania, que se especializa en construir los barcos a motor de lujo más largos del mundo. "Tuvimos conversaciones iniciales con algunas personas que solicitaron aplazar los contratos definitivos".
Lurssen fue uno de los ejecutivos de la navegación en la muestra en Port Hercules que expuso barcos enormes y brillantes con piscinas, spas, gimnasios, baños de mármol y pianos de cola. Con pistas de aterrizaje para helicóptero, licitaciones de millones de dólares y los juegos de cristalería y porcelana más delicados, los barcos son juguetes para los súper-ricos.
"Los rusos son una parte muy importante de la clientela", dijo Theo Hooning, secretario general de la Asociación de Constructores de Súper-yates.
La proporción de yates de más de 40 metros propiedad de rusos creció más del doble en los cinco últimos años hasta un 8% de la flota mundial. Es el segmento de mayor crecimiento del mercado y deja a los rusos justo detrás del 9% de la flota en manos de Medio Oriente. Europa Occidental y los Estados Unidos representan por mucho la porción más grande.
En las sucesivas oleadas de sanciones que fueron divulgándose desde que Rusia anexó Crimea en marzo, Europa y Estados Unidos pusieron en la lista negra a docenas de dirigentes políticos y empresariales rusos además de establecer restricciones para empresas e industrias.
El Departamento de Seguridad Interior de EEUU emprendió una búsqueda de aviones, yates, mansiones y otras pertenencias estadounidenses de los rusos que enfrentan dichas restricciones. Los agentes buscan los "juguetes brillantes" que los rusos ricos que figuran en la lista de sanciones pueden haber ocultado, dijo John Tobon, que encabeza la división de investigaciones financieras de la agencia en Miami.
Esta semana, Italia congeló propiedades de lujo pertenecientes a Arkady Rotenberg, un multimillonario ruso que fue puesto en la lista negra de la Unión Europea por ser uno de los "compinches" de Putin.
Los activos están valuados en 28 millones de euros (US$36 millones) e incluyen el hotel Berg Luxury en Roma y propiedades en Cerdeña, según un oficial de la policía financiera italiana que pidió no ser identificado dado que no está autorizado a hablar con la prensa.
"Antes podían tener dificultades para sacar dinero de Rusia", dijo Jonathan Beckett, máximo responsable ejecutivo de la agencia intermediaria de yates Burgess en una entrevista en Mónaco. "Todo es cuestión de oportunidad y percepción. ¿Es un buen momento para ser visto divirtiéndose en un yate?".