El vicepresidente venezolano, Ramón Carrizalez, descartó ayer miércoles que se vayan a cerrar las fronteras con Colombia como parte de la decisión que tomó el gobierno de Venezuela de congelar las relaciones con Bogotá, pero admitió que se someterá a evaluación el comercio binacional.

En tanto, en Bogotá, dirigentes empresariales colombianos expresaron sus temores ante el "congelamiento" o cierre declarado para sus productos anunciado por el Mandatario de Venezuela, Hugo Chávez.

"No se ha dictado ninguna instrucción para cerrar las fronteras. Por ahora se está estudiando, se está evaluando toda la situación, todas las áreas y todo el comercio", dijo Carrizalez a la prensa al ser consultado sobre las acciones que tomará Venezuela los anuncios del Presidente Chávez.

"No vamos a ceder al chantaje" afirmó el vicepresidente, desde el estado fronterizo del Táchira, al asegurar que el gobierno venezolano va a "preservar la soberanía alimentaria" del país y combatirá el contrabando hacia Colombia.

Chávez criticó duramente el martes al gobierno colombiano por los señalamientos que se hicieron contra Venezuela por unos lanzacohetes antitanques que fueron adquiridos por las autoridades venezolanas en los años 80, y que terminaron en manos de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (Farc).

En reacción a esa situación el Mandatario venezolano ordenó el retiro del embajador, Gustavo Márquez, y del personal diplomático destacado en Bogotá, y congeló las relaciones.

Carrizalez consideró como "bien cínico, bien cara dura" al gobierno colombiano por las acusaciones que se hicieron contra Venezuela en el caso de los lanzacohetes, y dijo que Bogotá debió recurrir a "los canales como para conversarlo y avisarlo" a las autoridades venezolanas. "Muestren el material por el canal diplomático y demuestren el origen del armamento" agregó.

Sostuvo que las declaraciones de los funcionarios colombianos sobre el caso lo que buscan es "justificar la gran cantidad de tropa y material norteamericano que va entrar en las bases colombianas".

Por su parte, el presidente de la comisión de asuntos fronterizos de la mayor cámara de empresarios del país, Isidoro Teres, dijo que la declaración de Chávez "genera cierto pánico en algunos sectores de la población" debido a la dependencia que tiene Venezuela de los productos colombianos.

Teres indicó que Venezuela importa de Colombia "productos de primerísima necesidad" entre los que se incluyen carne, pollos, huevos, productos lácteos, sopas preparadas, cubitos, productos de aseo, artículos de tocador, pañales desechables, toallas higiénicas, y equipos de línea blanca tales como neveras.

Agregó que para Colombia también es estratégica la relación con Venezuela porque "de cada US$1.000 millones (de importaciones) eso le representa a Colombia entre 250 mil y 300 mil empleos".

De acuerdo a registros oficiales, entre enero y mayo pasado Venezuela importó de Colombia 2.523 millones de dólares en productos, lo que representó 15% de las importaciones totales, superado solo por las compras estadounidenses que sumaron US$4.339 millones.

El presidente de la Federación de Cámaras de Empresas y Comercios del estado Táchira, José Rozo, dijo que una posible disminución o el corte del comercio con Colombia "golpeará a los sectores más vulnerables, al tejido social" debido a que el intercambio comercial entre los dos países genera cerca de 20 mil empleos directos e indirectos del lado venezolano.

En Colombia, dirigentes políticos e industriales expresaron su deseo de que los anuncios de Venezuela no pasen de una nueva "bravuconada" o "ventolera" de Chávez y todo vuelva a la normalidad.

"Venezuela es nuestro principal mercado" y conseguir nuevos "no se pueda hacer inmediatamente", dijo Iván Amaya, presidente de la Asociación Colombiana de Productores de Textiles (Ascoltex).