Venezuela recuerda el "Caracazo" en ambiente de agitación
El "Caracazo" fue considerado una reacción popular a los acuerdos que el entonces presidente venezolano firmó con el Fondo Monetario Internacional, y estalló con el aumento en el precio de la gasolina y el transporte público.
Venezuela conmemoró hoy los 25 años del llamado "Caracazo", la conmoción social de 1989 que estremeció al país con cientos de muertos, en medio del impacto causado por dos semanas de protestas contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Para recordar los sucesos de 1989, el gobierno decretó días no laborables este jueves y viernes, cuando se esperan movilizaciones y actos a favor del gobierno boliviariano.
El "Caracazo" fue considerado una reacción popular a los acuerdos que el entonces presidente Carlos Andrés Pérez firmó con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y estalló cuando se decretó un aumento en el precio de la gasolina y su consecuente incremento en el transporte público.
El 27 de febrero de 1989 comenzó una ola de saqueos e incendios en las afueras de Caracas que se prolongó al día siguiente, cuando el gobierno decretó un Estado de emergencia y ordenó a las tropas del Ejército restablecer el orden.
Cifras oficiales ubicaron el saldo de muertos en alrededor de 300, pero organizaciones no gubernamentales sostienen que hubo cerca de 1.000.
Maduro y su gobierno han exaltado la rebelión social como el inicio de la revolución boliviariana, que se expresó poco después en el campo militar, el 4 de febrero de 1992, con el intento golpista del entonces teniente coronel Hugo Chávez.
Los 25 años de los saqueos y disturbios se conmemoran al cabo de dos semanas de protestas contra Maduro, que fueron encabezados por estudiantes universitarios para exigir la atención de problemas como la criminalidad, la inflación y el desabasto.
Las autoridades sostienen que a las protestas se atribuyen al menos 15 muertos, en hechos que van desde víctimas de las acciones represivas hasta personas que han caído por enfrentamientos con grupos armados afines al gobierno.
Maduro afirmó que las protestas buscan desestabilizar el país para sacarlo del poder mediante un golpe de Estado, tesis que es rechazada por la oposición.
Los venezolanos entraron hoy en un largo asueto de seis días, que incluye el feriado de carnaval, por lo que se espera que las protestas se calmen en los municipios más agitados.
El líder opositor Henrique Capriles advirtió que a 25 años del Caracazo "que marcó a nuestra Venezuela, hoy muchas de las condiciones siguen estando allí. No queremos otra explosión social".
"Es el gobierno el que tiene que escuchar a nuestro pueblo, no el pueblo escuchar al gobierno", escribió en su cuenta de Twitter. "La mayoría del país quiere diálogo, pero quiere que ese diálogo sea sincero, transparente, efectivo", agregó.
Capriles criticó la reunión que convocó el gobierno la noche del miércoles para instalar una conferencia de paz con distintos sectores, en la que la oposición declinó participar.
"Lo de ayer en (la casa de gobierno de) Miraflores fue sin la oposición, la unidad ha dicho con claridad cómo se inicia un diálogo para que dé resultados", dijo.
La abogada portavoz de la organización Cofavic, que se creó para buscar justicia a las víctimas de los hechos de 1989, dijo que el Estado venezolano "no aprendió la lección del Caracazo y no tiene voluntad para evitar que estos hechos se repitan".
"Hemos tenido una reedición de la represión con excepción de la participación del Ejército. Sin embargo, en el caso de policías y de la Guardia Nacional hemos visto una reedición de la represión y con algunos casos con patrones similares a los del Caracazo", señaló.
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