Uruguay se fue. Adiós. No va más. Eliminados Edinson Cavani, Diego Godín, Maxi Pereira, Luis Suárez y compañía. El pequeño botó al gigante. Una sorpresiva derrota ante Venezuela, sumado a su caída con México en la primera fecha, eliminaron al siempre candidato sudamericano de la Copa América Centenario. Fue una derrota extraña: dominaron el balón, aunque con poco fútbol, y nunca pudieron causar real peligro. Al frente, un rival con un perfecto orden defensivo de principio a fin. Y un genio: Guerra, el Lobo.
En la primera fracción, la Celeste se hizo con la pelota y a ratos no se la prestó al cuadro vinotinto. La profundidad, eso sí, nunca la encontró el equipo de Óscar Washington Tabárez. Tuvo aproximaciones, sí, pero principalmente con centros y con un tiro libre en el primer lapso que nadie tocó y que golpeó en el palo.
En eso estaban hasta la genialidad: Alejandro Guerra vio adelantado a Fernando Muslera, remató desde media cancha y el balón se estrelló en el travesaño tras un manotazo del meta. El rebote, con el portero charrúa jugado, lo capturó Salomón Rondón y la mandó adentro. Gol histórico, porque Venezula jamás le había ganado a Uruguay en una Copa América.
La selección más ganadora en la historia del certamen se fue al descanso prácticamente eliminada, porque después jugaban México y Jamaica y todo apuntaba a un triunfo del Tri. Ni siquiera un empate en ese partido le servía a los charrúas con su derrota parcial.
Con empuje, los uruguayos fueron adelante en el segundo lapso. A veces el orden táctico desapareció y a medida que corrían los minutos las llegadas eran obra de esfuerzos individuales más que colectivos. Venezuela leyó muy bien eso y jamás se desordenó. El libreto le salió a la perfección al cuadro de Rafael Dudamel.
En medio vino la polémica en el equipo charrúa: alguien mancó a calentar al lesionado Luis Suárez, quien desde un principio no estaba ni inscrito en la lista de suplentes para este duelo. Tabárez, a sabiendas de aquello, agotó los cambios con otros jugadores. El del Barcelona, cuando le dijeron que no podía jugar, se enfureció y golpeó con ira uno de las paredes del banco. El atacante se va de la Copa sin siquiera haber jugado. El duelo final, sólo por el honor, sería arriesgar innecesariamente una recaída en su lesión.
En paralelo, Cavani desvió increíblemente al filo del compromiso. La pelota no quiso entrar y así llegó el final, con un Uruguay que llegó como candidato pero que arrancó de forma extraña, con un himno que no era el de ellos en la ceremonia del debut. Adiós a un torneo que se organizó para conmemorar los 100 años de la primera Copa que, irónicamente, ganó la Celeste en 1916. Mismo certamen que han ganado en 15 oportunidades y que con esta eliminación le dejan la puerta abierta a Argentina para igualarlos en la tabla histórica. Primera sorpresa de la Copa, y vaya qué sorpresa, con el gigante Uruguay eliminado y Venezuela clasificado a los cuartos de final. El equipo del Lobo Guerra.