A eso de las 15 horas del martes, el turista francés Remi Baurant (68) recorre el Paseo Atkinson, como tantos otros visitantes extranjeros que llegan a Valparaíso cada año.

Allí, el galo buscaba lo mismo que otros viajeros: conocer la arquitectura y la vista de la bahía porteña desde sus propios rincones. Sin embargo, al momento de querer terminar el recorrido en el tradicional Cerro Concepción, se encontró con la sorpresa de que no tenía posibilidad de retorno si no era caminando, ya que su famoso elevador entró en la fase de restauración definitiva.

"Es común que se reparen cosas, pero se comunicaba esa información recién en el camino, no antes; o sea, voy a tener que devolverme para tomar otro o ir a otro cerro. Es muy complicado para mí circular por cerros tan empinados", comentó el turista.

La misma experiencia vivió María Angulo, de nacionalidad argentina, quien se encontraba descansando en una banca. "Quise tomarlo abajo y me enteré que estaba en reparación y no subimos. Hay una escalera, nos dicen, pero es muy larga", comenta.

A esa misma hora, el Paseo Gervasoni, muy cerca del Cerro Concepción, se encontraba prácticamente vacío. Guillermo Granke, quien desde hace más de diez años preside la agrupación de artesanos que ofrecen sus productos en el mirador, ha observado un descenso importante de visitantes durante el año, lo cual ha repercutido en sus ventas.

"El plan de mitigación de la constructora no ha sido muy efectivo, porque ellos tendrían que haber hecho en la entrada del ascensor, en la calle Prat, un plano que indicara otros accesos posibles. Hay un cartel pequeño al fondo, que no se entiende nada, y en ninguna parte siquiera dice que está cerrado el ascensor", advierte.

Todos perdidos

Otra comerciante comenta que "además, la gente anda super perdida, llegan y ven ese cartel que no dice nada. Aquí, por ejemplo, están el Café Turri y el Museo de Lukas, entre varias cosas muy interesantes, pero desde los otros ascensores les dicen que está todo cerrado, y la gente no llega acá".

El pasado 5 de enero comenzaron los trabajos de remodelación del ascensor Concepción, que no sólo afectó al turismo, sino a la calidad de vida de residentes. Según la presidenta de la junta de vecinos del Cerro Concepción, Gilda Llorente, "trabajamos con la Seremi de Transportes y logramos un servicio de transfer en la punta de diamante del reloj Turri y dos en la calle Papudo".

Se trata de cuatro taxis azules que, por el tiempo que dure la reparación del ascensor, estarán a disposición de los vecinos y turistas que se encuentran de frente con la considerable escalera de calle Prat, para que no tengan que cambiar su ruta ni panorama.

El seremi de transportes, Mauricio Candia, espera "resolver la dificultad que se le había presentado a los vecinos en relación a su movilidad. Estamos haciendo una inversión inédita para mejorar la conectividad y, por tanto, la paciencia va a dar frutos. Esperamos que a contar de octubre o noviembre, cuando se comiencen a recepcionar las obras de los ascensores Concepción, Espíritu Santo y otros que se van a ir incorporando, sean un orgullo para toda la comunidad porteña".

El operador turístico de Ecomapu Travel, Cristián Uribe, sugirió que la señalización informativa sobre el estado del ascensor no sólo esté en los puntos inmediatos. "Debiesen existir avisos en algún paradero concurrido y en las plazas del plano; además, debiera ser una advertencia llamativa en al menos tres idiomas".