Verdugo de Ceaucescu revela detalles de la ejecución, a 20 años de la revolución rumana

Dorin Carlan dijo que el ex dictador lloró y entonó el himno de la Internacional Socialista minutos antes de ser acribillado.




"Camino al paredón, él, Nicolae Ceaucescu, se volvió hacia mí, me miró durante algunos segundos. Vi lágrimas en sus ojos. El y su esposa Elena, caminaron unos 15 metros hasta llegar al paredón donde quedaron mirando a la pared (...) ¡Viva la Rumania socialista, libre e independiente! ¡Muerte a los traidores! ¡La historia me vengará!, gritó Ceaucescu antes de comenzar a cantar el himno de la Internacional Socialista". Así relató  el ex militar Dorin Marian Carlan a la agencia española EFE, cómo vivió los minutos previos a la ejecución del gobernante rumano y su esposa Elena el 25 de diciembre de 1989 en Târgoviste, al sur del país.

Entonces, tres jóvenes soldados pertenecientes al regimiento de paracaidistas de Boteni -en el noroeste de Rumania- fueron elegidos, entre ocho, para conformar el pelotón de fusilamiento de la pareja Ceaucescu que días antes había sido detenida, enjuiciada y condenada a muerte por militares luego que intentara escapar en helicóptero en medio de la revolución que gatilló la caída del régimen comunista rumano hace 20 años. El episodio se produjo poco después de la caída del Muro de Berlín, que marcó el inicio del fin para varios gobiernos del mismo signo en Europa.

Según el relato de Carlan -quien tenía 27 años en 1989- cuando abrieron fuego en contra de la pareja "Ceaucescu -de 71 años- se levantó un metro del suelo al recibir los disparos. Murió súbitamente de mis balas y de las de Boeru, el tercer miembro del pelotón". El mayor en retiro agregó que Elena "no murió de inmediato, pese a haber recibido varios tiros en la cabeza (...) Hacía unos movimientos macabros, así que la rematé de un disparo".

Los historiadores han asegurado que Elena Ceaucescu, de entonces 70 años, ejerció una importante influencia en su esposo, al punto de que habría sido la autora de la política de prohibición total de métodos anticonceptivos en el país. Además, demandó ser nominada a importantes puestos dentro de la jerarquía del gobierno rumano.

De acuerdo con las imágenes tomadas minutos antes de la ejecución, Elena se mostraba mucho más fuerte sicológicamente que su marido. Además, le exigió a los soldados que ambos fueran fusilados al mismo tiempo y se opuso a que sus manos fueran atadas por la espalda.

La filmación de los cuerpos sin vida de la  pareja que había gobernado con mano de hierro a Rumania durante 24 años dio la vuelta al mundo. En ella se ve a un pequeño hombre canoso, con las rodillas dobladas. Unos metros detrás de él, está el cadáver de su esposa envuelta en un abrigo beige.

Pese a que en los días anteriores a su muerte, tanto en Bucarest como en otras ciudades importantes del país, el pueblo rumano había salido en masa a manifestarse en contra del régimen -debido a la pésima situación económica, la escasez de alimentos y el severo control a todo tipo de disidencia- el rápido y secreto juicio a los Ceaucescu y la acción de las fuerzas militares conmocionó al país y al mundo.

Los historiadores afirman que durante la revolución murieron 1.116 personas en enfrentamientos callejeros y 4.089 resultaron heridas. La mayoría de las víctimas se produjo después del 22 de diciembre. Sin embargo, hasta hoy los analistas afirman que la toma de poder hecha por Ion Iliescu agravó las violentas protestas de 1989.

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