A solo tres meses de su salida de la presidencia del Banco Central, Rodrigo Vergara dejó atrás en forma definitiva la cautela y moderación que exigía el cargo a la hora de comentar y debatir la coyuntura económica.

Por el contrario, el ahora investigador senior del Centro de Estudios Públicos (CEP), decidió entrar de lleno en la discusión respecto al debilitamiento de la actividad doméstica, tema evidentemente ligado a la arena política en un año de elecciones presidenciales.

En este escenario, el blanco de sus críticas ha sido el actual ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, con quien por más de un año coordinaron las políticas fiscales y monetarias del país respectivamente.

En el marco de un seminario organizado por Compass Group, Vergara cuestionó públicamente las últimas declaraciones del jefe de las finanzas públicas, en las que acusaba la falta de inventar nuevos negocios para exportar.

"Encuentro muy poco afortunadas -a pesar que debo reconocer que las matizó hoy - las palabras que el fin de semana vertieron los ministros de Hacienda y de Secretaria General de la Presidencia, sobre las causas del bajo crecimiento en Chile", señaló el ex titular del BC, enfatizando que eso -en jerga futbolística- es "tirar la pelota para el córner".

En esta línea, alertó que "abstraerse y no reconocer el problema que estamos enfrentando, no reconocer el rol de las políticas públicas y hablar que a empresarios e inversionistas simplemente se les han acabado las ideas y estamos estancados producto de una serie de factores estructurales, que no tienen nada o poco que ver con la coyuntura local, es un error y una falta de autocrítica que creo que es preocupante".

Lejos de apartarse de posturas políticas -de hecho es uno de los candidatos que suena como carta fuerte para asumir algún cargo público relevante- Vergara comentó que el alza experimentada por los mercados accionarios "en parte puede deberse a que se avizora un cambio político, hacia una administración más amigable con el mercado. Más amigable con la inversión y con el emprendimiento". En este contexto, avisó que "los empresarios, cuando las condiciones se dan y las políticas públicas son razonables y buenas, van a reaccionar positivamente. El país estoy seguro que va a retomar una tasa de crecimiento más relevante".

El discurso crítico del economista no quedó ahí y recalcó el mal diseño de las reformas implantadas por el actual gobierno, apuntando a la tributaria, laboral y educacional fundamentalmente. En este sentido, cabe recordar que si bien el economista nunca hizo públicas sus diferencias frente a la política económica del gobierno, sí apuntó a los "shocks autónomos" que explicaban el menor crecimiento y la falta de confianza observada en el mercado, en el Informe de Política Monetaria publicado en julio de 2015.

Contra el pesimismo

Por su parte, el ministro de Hacienda acusó una lectura "equivocada" de sus declaraciones. "Algunos lo leyeron (...) como un intento de culpar a los empresarios o tender una cortina de humo sobre lo que está pasando", dijo, e insistió que "no podemos atrincherarnos en estas discusiones".

Valdés advirtió "cierta politización del debate macroeconómico, donde todo se caricaturiza o todo se lee en clave ideológica". Sobre el oscuro panorama que se avizora en el presente trimestre, golpeado por la huelga en Minera Escondida, los múltiples focos de incendio que afectaron al país, y una mayor base de comparación por el año bisiesto (2016), Valdés advirtió que hay una "sobrerreacción a datos puntuales", asegurando que estas cifras están afectadas por "fenómenos transitorios, y no tenemos que caer en la desesperación por un mes". "Podemos crecer más, y es importante que no nos dejemos guiar por el pesimismo", expuso. Y, usando como ejemplo el buen desempeño de la bolsa local, dijo que "eso habla de mejores resultados para las empresas hacia adelante, aunque estoy seguro que me van a acusar de optimista por decirlo".