En su primera actividad pública, tras presentar su renuncia al Consejo del Banco Central, el presidente del instituto emisor, Rodrigo Vergara, realizó un llamado a retomar el dinamismo económico y reiteró que ante un escenario de menor inflación podría ser necesario un mayor estímulo monetario.

"La economía chilena debe hacer un esfuerzo importante para recuperar tasas de crecimiento de mediano plazo mayores que las actuales. El 2%-2,5% no puede ser el nuevo normal", dijo Vergara al exponer en el seminario de aniversario del diario Pulso "2017: ¿Cambio de rumbo?".

En este sentido señaló que, si bien, la sociedad tiene demandas justas que deben ser resueltas adecuadamente. "Sin crecimiento, esas demandas no podrán ser satisfechas".

Vergara recordó que tras un largo período en que la economía chilena creció a tasas elevadas, en

los últimos años se perdió dinamismo, situación en la que la baja de la inversión ha sido un

factor relevante y advirtió que las expectativas de mercado anticipan que, en promedio, la

economía crecerá por debajo de 3% hasta el 2018.

Respecto al rol de la política monetaria sostuvo que ésta no es capaz de afectar los determinantes del crecimiento de mediano plazo. "Puede ayudar a suavizar el ciclo económico, y lo ha hecho, pero no puede afectar el crecimiento potencial", afirmó.

Por ello, sostuvo que colocar la presión de un mayor crecimiento en la política fiscal y/o monetaria no es sostenible en el tiempo, por lo que se deben buscar acciones en otros ámbitos, en especial la productividad y la inversión.

En cuanto a las perspectivas para la Tasa de Política Monetaria (TPM), que actualmente se ubica en 3,5%, Vergara reiteró que ante una consolidación de menores presiones inflacionarias podría ser necesario un recorte.

"La política monetaria no debe reaccionar con fuerza a cambios en los precios que son por una sola vez. Pero también debe ser flexible. Por ejemplo, en un escenario donde se asientan menores presiones inflacionarias de forma persistente, podría ser necesario algo de mayor impulso monetario", dijo.

Agregó que "la incertidumbre del escenario macroeconómico y la rapidez de los cambios refuerza la necesidad de una política monetaria flexible". Vergara reiteró que la inflación ha bajado más rápido de los previsto, principalmente porque los precios más sensibles al tipo de cambio han mostrado un descenso más adelantado.

"Esto es un fenómeno esperable, pues en el pasado la significativa depreciación del peso también hizo subir con fuerza la inflación y la mantuvo por sobre 4% durante varios trimestres", explicó.

Vergara recordó que en ese momento la reacción no fue un aumento inmediato de TPM. De hecho, el Consejo hizo lo contrario, previendo que la menor actividad reduciría las perspectivas de inflación de mediano plazo.

"Que la inflación se ubique temporalmente fuera de los límites del rango de tolerancia no implica automáticamente una reacción de política, siempre y cuando las expectativas se mantengan ancladas en 3% en el horizonte de proyección", indicó.

En este sentido enfatizó que en tiempos normales, la política monetaria no debe ser utilizada para lograr un objetivo de tipo de cambio, pues hacerlo, compromete la credibilidad del Banco Central.

El presidente del Banco Central indicó que si bien, la actividad y demanda interna no muestran mayores diferencias con lo previsto, el ámbito externo se ha vuelto más incierto. En específico respecto al triunfo de Donald Trump señaló que "los alcances que tenga el resultado de la elección en Estados Unidos sobre el resto del mundo en materia económica son aún difíciles de cuantificar".

Vergara completará su periodo de cinco años como presidente del Banco Central el 10 de diciembre. Sin embargo, aún le quedaban tres años como consejero y ayer presentó su renuncia a dicho cargo, la que se hará efectiva a partir del 11 de diciembre. Al día siguiente el economista se integrará como investigador senior al Centro de Estudios Públicos (CEP).