Utilizando el Very Large Telescope de ESO en Cerro Paranal (Chile), astrónomos han descubierto una nube de gas, varias veces más masiva que la Tierra, acercándose rápidamente hacia el agujero negro que yace en el centro de la Vía Láctea. Esta es la primera vez que se logra observar el acercamiento irreversible de una nube a un agujero negro supermasivo. Los resultados serán publicados en la edición del 5 de enero de 2012 de la revista Nature.

Como parte de un programa de observación que lleva 20 años usando telescopios de ESO para monitorear el movimiento de las estrellas alrededor del agujero negro supermasivo que se encuentra en el centro de nuestra galaxia (ver noticia anterior) [1], un equipo de astrónomos dirigido por Reinhard Genzel, del Max-Planck Institute for Extraterrestrial Physics (MPE) de Garching, Alemania, descubrió un nuevo objeto que se acerca rápidamente al agujero negro.

En los últimos siete años, la velocidad de este objeto casi se ha duplicado, llegando a alcanzar más de 8 millones de km/h. Posee una órbita muy alargada y a mediados de 2013 pasará a una distancia de tan sólo 40 mil millones de kilómetros del horizonte de suceso del agujero negro, a una distancia cercana a las 36 horas-luz. En términos astronómicos, se trata de un encuentro muy cercano con un agujero negro supermasivo.

Esta una nube de polvo y gas ionizado, con una masa aproximadamente tres veces la de la Tierra, es mucho más fría que las estrellas circundantes (no supera los 280 grados Celsius), y está compuesta principalmente por hidrógeno y helio. La nube brilla a causa de la fuerte radiación ultravioleta de las estrellas calientes que la rodean en el sobrepoblado corazón de la Vía Láctea.

La actual densidad de la nube es mucho mayor que la del gas caliente que rodea al agujero negro. Pero a medida que la nube se acerca cada vez más a la bestia hambrienta, el aumento de la presión externa irá comprimiendo la nube. Al mismo tiempo, la enorme atracción gravitatoria del agujero negro, que tiene una masa cuatro millones de veces la masa del Sol, continuará acelerando el acercamiento de la nube y arrastrándola fuera de su órbita.

"La idea de un astronauta que al ir acercándose a un agujero negro se va estirando hasta parecer un espaguetti es muy común en la ciencia ficción. Pero ahora podemos ver que esto le sucede realmente a la nube recién descubierta. No va a sobrevivir esta experiencia", explica Stefan Gillessen (MPE), el autor principal del artículo.

Los bordes de la nube ya están sufriendo perturbaciones y se espera que ésta colapse por completo durante los próximos años. Los astrónomos han podido ver señales claras de un aumento de las perturbaciones en la nube entre 2008 y 2011.

También se espera que el material se vuelva mucho más caliente a medida que se acerque al agujero negro en 2013, incluso es probable que comience a emitir rayos-X. En la actualidad existe poco material cerca del agujero negro por lo que esta comida recién llegada se convertirá en el principal combustible para el agujero negro en los próximos años.

Una explicación para la formación de esta nube es que el material provendría de las cercanas estrellas jóvenes masivas que están perdiendo masa rápidamente debido a los fuertes vientos estelares. Estas estrellas literalmente lanzan su gas hacia afuera. La colisión de vientos estelares provenientes de un conocido sistema binario en órbita alrededor del agujero negro central podría haber impulsado la formación de la nube.

"Los próximos dos años serán muy interesantes y deberían proporcionarnos información muy valiosa sobre el comportamiento de la materia en torno a estos notables objetos masivos", concluye Reinhard Genzel.