Arte sin límites. Este es el lema que se lee en los detalles de la casa de Sofía Donovan, una joven artista visual argentina, quien hace siete años, junto a su marido, decidió venir a vivirse a Santiago. El barrio escogido fue Vitacura. Por su tranquilidad, resultó el sitio idóneo donde diversas creaciones artísticas se transforman en escencia y punto de partida del estilo en cada espacio. Algo indiscutible, porque aquí todo el tiempo se habla y se opina de arte, como algo natural que llevan en la sangre quienes conforman esta familia.

Todos, incluso los dos pequeños hijos del matrimonio, no dejan de comentar, mientras sacamos las fotografías, sobre las diversas muestras artísticas que exhibe cada muro. "Amo el arte y me fascina vivir rodeada de él"comenta Sofía, mientras camina de un lugar a otro, ordenando y aconsejando a uno de sus niños, quien le pide algo en secreto.

Y es que todas las obras que conviven en esta casa, proyectada por el arquitecto Jorge Figueroa, son herencias, recuerdos o trabajos de la misma Sofía, además esconden afectos e historias, así como las que nos relata la artista sobre su vida en Chile, donde reemplazó la vida urbana en pleno centro de Buenos Aires por otra más familiar en este tranquilo suburbio santiaguino. "Cuando llegué a este país estuve cuatro meses sin auto, pensando que sólo me trasladaría en taxi o caminando como lo hacía en Buenos Aires, hasta que un día le rogué a mi marido que me comprara uno. ¡Mi primer auto!", relata Sofía y agrega: "Siempre viví en departamento, muy cerca de la Plaza San Martín, y no conocía lo que era despertar y salir descalza a un pedazo de jardín. Lo más verde que tenía era la planta del balcón y el Jacarandá que había en el patio interior".

De esta manera, nos cuenta la artista, fue aquí en Santiago donde aprendió a disfrutar de la vida más hogareña y se instruyó en temas de jardinería, convirtiendo su casa en una especie de refugio personal que la identifica completamente. "Con el tiempo, he ido integrando a la ambientación cosas que me inspiran, que me gustan y están cargadas de afectos", dice, algo que se refleja también en sus mismas obras, la mayoría inspiradas en el cuerpo humano, un tema que la fascina y al que en estos momentos dedica su tiempo en su taller ubicado en el barrio de Bellavista.