El sueño del hockey césped chileno ya está en marcha. El reconocido Sergio Vigil es el encargado de construir el proceso con la selección femenina, cuyo objetivo inicial apunta a clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, para luego transformar al país en una potencia internacional.

Y Cachito sabe de eso. Como DT puso a Argentina en los primeros planos de este deporte, luego de ganar una plata en Sydney y un bronce olímpico en Atenas, además del título mundial en 2002, entre otros galardones.

El transandino es comparado a menudo con su gran amigo, Marcelo Bielsa, por su metodología e intensidad para trabajar. Justamente estos aspectos son los que comparte con La Tercera, en un encuentro donde también participa su cuerpo técnico.

Una mesa larga en la cafetería del Club Manquehue es el escenario perfecto para desplegar un notebook con videos, cuadernos y una pequeña pizarra portátil para simular los movimientos.

"Acá están los entrenamientos en power point. Aquí definimos los objetivos a realizar y las variantes. La idea es tener una explicación gráfica para las jugadoras y contar con un registro para que también puedan acceder los entrenadores que tengan la necesidad de saber algo más sobre las jugadoras", cuenta Diego Amoroso, primer asistente.

A ello se suman las capturas de video que realiza el videooperador Javier Astudillo, las que luego son procesadas, a través de apuntes y diapositivas.

Tal como en Argentina, la intención es tener una videoteca y generar una devolución, como el cuerpo técnico le llama. Este proceso fácilmente puede extenderse por varias horas. "A veces Alejandro (Gómez, segundo asistente) ocupa las concentraciones y los viajes en bus para trabajar en las diapositivas", describe el head coach nacional, Alfredo Castro.

Cachito tiene una singular rutina, que el mismo se preocupa de detallar, bajo la atenta mirada de sus colaboradores: "En Argentina me levanto a las 7. A las 8, voy a dejar a mi hijo al colegio. Luego, hasta las 12 o 12.30, tengo un espacio de creación. Durante una hora analizo, después leo una media hora cualquier cosa que no esté relacionada con el hockey. Neurociencias, por ejemplo. Luego, juego unos 10 minutos al Preguntados. Así cambio la actividad mental y utilizo distintas conexiones cerebrales. Finalmente vuelvo a ver videos y anoto lo que se me va ocurriendo. Así voy creando. Un entrenador tiene que ser interdisciplinario y relacionarse con personas que no sólo son de su área, porque así aprende a ver las cosas de otra forma".

"Por ejemplo, ayer (martes) una parte de mi entrenamiento fue ver el partido del Atlético con el Bayern. Vi ese partido imaginando que Chile era el Atlético de Madrid y el Bayern una de las 16 mejores selecciones de hockey. ¿Cómo me gustaría que defendiera Chile para llegar a un Juego Olímpico? Yo digo que como el Atlético. Aunque las veces que ataca, te mata. También me gustaría que la mentalidad de las jugadoras chilenas fuera como la de ellos, que tuvieran ese alma para defender el sueño. Que Chile sea un equipo con convicción. Del Bayern rescato que es un equipo que no renuncia nunca a sus convicciones", explica, para luego agrandar el abanico: "Me gustaría que este equipo también fuera como Fernando González y Nicolás Massú, que no eran los número uno del mundo, pero fueron los mejores en Atenas, porque fueron el mejor equipo".

En Chile esta rutina sufre algunas alteraciones, ya que se le agrega el doble turno de entrenamientos de tres horas en la mañana y en la tarde. "Después de eso hacemos análisis con el cuerpo técnico y termino acostándome a la 1 de la mañana", apunta.

Las seleccionadas, por su parte, tienen nuevas responsabilidades, después de la gira que tendrán por Estados Unidos, durante este mes. "Cada una va a tomar decisiones; van a trabajar en la planificación y expondrán. Porque cuando una jugadora expone, es capaz de internalizar e interpretar con mucho más poder", explica Cachito, mientras que Alejandro Gómez subraya: "Trabajamos muchos detalles individuales y eso es un aprendizaje tremendo".

Todos resaltan la labor de Vigil. "Vale también hacer mierda a Cachito. Siéntanse libres, eh", advierte el técnico. Pero sólo recibe halagos. "Nunca me sentí tan interpretado por un entrenador", sostiene el PF Cristian Barra, mientras que el tercer ayudante, Ariel Mairata, añade: "Acá todos aprendemos de todos. Éste es un cuerpo técnico muy bien equilibrado y muy bien pensado".

Antes de la despedida, el DT se emociona. "Ese lunes cuando me vengo de Argentina no es fácil decirle a tu hijo que estarás semana por medio en Chile. Pero yo vengo feliz, porque acá encontré una familia deportiva. Me siento protegido, valorado y acompañado. Hay hambre por ganar cosas. Y si todo esto no pasara, no sé si estaría acá. Yo hablaba de la tripa, pero ya sé lo que es: ¡esa tripa es que soy feliz!", cierra.