El vicepresidente argentino, Amado Boudou, encausado por hechos de corrupción ocurridos cuando era ministro de Economía en 2010, declinó asistir el viernes a ampliar su declaración ante el  juez, informó este jueves su defensa.

Boudou, primer vicepresidente argentino en ser procesado en ejercicio de sus funciones, había solicitado ampliar la indagatoria ante el juez federal  Ariel Lijo, pero desistió tras notificarse sobre su procesamiento por sobornos y "negociaciones incompatibles" con su función pública.

Lijo acusa a Boudou de haberse quedado -a través de la empresa fantasma The Old Fund y de un testaferro- con el 70% de la empresa Ciccone, que tiene  el monopolio de la impresión del papel moneda, a cambio de haber intervenido para evitar la quiebra de esa firma en 2010, cuando era ministro de Economía.

El procesamiento, dictado en un horario inhabitual sobre el filo de la medianoche del viernes pasado, sorprendió al vicepresidente en medio de una  gira oficial por Cuba y Panamá de donde regresó el miércoles.

Poco antes, su defensa había solicitado una ampliación de la indagatoria del 9 de junio, cuando declaró como imputado por más de siete horas. 

El abogado de Boudou, Diego Pirota, había anticipado que apelaría el procesamiento ante la Cámara Federal.

La mandataria Cristina Kirchner no se ha pronunciado públicamente respecto al caso.

Boudou enfrenta además un embate de la oposición en el Parlamento que busca este jueves aprobar un dictamen para llevarlo a juicio político, aunque la  mayoría oficialista que controla esta comisión bloqueará la iniciativa.

Por su condición de vicepresidente y titular del Senado, Boudou goza de fueros que impiden su arresto, fueros que sólo perderá si renuncia a su cargo o  es destituido por juicio político.

La oposición ha solicitado públicamente su renuncia, en tanto Boudou, de 51 años, ha clamado que demostrá su inocencia en los tribunales.