El vicepresidente chino, Li Yuanchao, desmintió los rumores que apuntaban a que él es el próximo objetivo de la masiva campaña anticorrupción emprendida por el Gobierno de Xi Jinping.

Según publica hoy el diario South China Morning Post (SCMP), Li dijo en una reunión con más de 400 representantes de la Federación de Emigrantes Retornados de China en Beijing que está siendo víctima de una campaña de desprestigio desde fuera del país asiático. 

El vicepresidente, una de las figuras más reformistas del actual Gobierno, también habló sobre las protestas prodemocracia registradas en Hong Kong en los pasados meses, e indicó que el Ejecutivo chino continúa luchando y que "la parte realmente interesante está aún por llegar". 

Li afirmó en el encuentro que los organizadores del movimiento llamado "Occupy Central" no consiguieron sus objetivos, y que el Gobierno central y las autoridades de Hong Kong habían "ganado esa batalla".

No obstante, el vicepresidente expresó su preocupación sobre el comportamiento de los estudiantes durante las protestas y pidió a la federación que piense más estrategias y dé su apoyo contra el movimiento prodemocracia.

Los comentarios de Li se producen tras una serie de rumores divulgados por páginas web extranjeras que le implican en varios escándalos de corrupción, y que apuntan a que su hijo, Li Haijin, aceptó sobornos a cambio de concesiones empresariales, entre ellas una casa en la ciudad japonesa de Kioto. 

El SCMP publica que el propio vicepresidente dijo que las autoridades anticorrupción chinas visitaron Kioto para investigar la supuesta propiedad, y que concluyeron que existía una lujosa vivienda que no pertenecía a él sino a un magnate de Hong Kong.

"La gente extranjera tiende a creer tales rumores pero nadie me escucha cuando los niego", aseveró Li.