Santiago Wanderers está convulsionado. No sólo por la incómoda posición que ocupa en la tabla que definirá el descenso ni por el decisivo partido que jugará el sábado frente a Cobresal, su rival en la lucha por no perder la categoría. La agresión que sufrieron el martes el presidente Jorge Lafrentz y el director Víctor Lohr por parte de cinco individuos, presuntamente barristas, generó una alta sensación de inseguridad en la entidad de Valparaíso.

"No sé si esta situación ha sucedido antes en la historia del club. Independientemente de eso, son situaciones deplorables. No corresponde bajo ningún aspecto. Da igual si se hizo antes o no. Es una nota de atención", manifestó a La Tercera el vicepresidente caturro, Miguel Bejide.

El directivo reveló que Wandereres denunció el incidente a Carabineros, que debería iniciar la respectiva investigación. "Eso sí, no hay identificación de los autores ni tampoco presunciones. Eran supuestos hinchas, pero no sé si merezcan ese calificativo", añade Bejide.

La condena para la acción es categórica. "Esto no se puede tomar como una amenaza, sino como son las cosas. Es gente que tiene una norma que escapa a una sociedad culta. Debe ser un punto de atención para el futuro", concluye el directivo.