En las últimas semanas, un video viral compartido por WhatsApp muestra a un operador de cajeros automáticos exhibiendo un nuevo sistema de clonación: una lámina, adherida a un costado del dispensador, tenía escondida una cámara que registraba las claves. Esta imagen refleja una realidad que ayer quedó en evidencia en la última Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (Enusc) 2016, ya que uno de los delitos que experimentó mayor aumento fue la clonación de tarjetas bancarias. Pasó de una victimización del 2,3% en 2015 a un 3,6% el año pasado. Situación similar ocurrió con las estafas telefónicas, que subieron de un 4,1% a un 5,1%.

Las cifras de la Enusc fueron dadas a conocer ayer por el subsecretario de Prevención del Delito, Oscar Carrasco, quien indicó que la victimización de los hogares llegó a un 27,3% a nivel nacional. En el muestreo del año anterior, el porcentaje era de un 26,4%.

Respecto al caso de las clonaciones de tarjetas, Carrasco indicó que "son casos que nos tienen que llamar a estar alerta permanentemente. Hay innovaciones tecnológicas, que significa que las policías deben estar siempre capacitadas y atentas. Además, se debe trabajar en mesas públicas y privadas". Añadió que este ítem fue añadido en la encuesta que se hizo en 2015, por lo que esta es la primera consulta en que se pueden comparar las cifras.

La Fiscalía Nacional ha observado de cerca este fenómeno. De hecho, en sus boletines estadísticos han advertido que este ilícito no ha dado tregua y ha mantenido un aumento sostenido. José Luis Cortés, abogado asesor de la Unidad Especializada en Lavado de dinero, Delitos Económicos y Crimen Organizado (Uldeco) del Ministerio Público, indicó que "detrás de este fenómeno pueden haber muchos factores. Uno es el incremento en el uso de las tarjetas, ya que una de las paradojas de la inclusión financiera es que aumenta el número de usuarios de estas. Esto hace que aumente también la posibilidad de que se hagan estos delitos". Añadió que una de las dificultades que existen para seguir estos ilícitos es que "los usuarios normalmente tienen seguros. Entonces, lo que ocurre es que denuncian para que el seguro les pague. Luego no quieren seguir con la investigación y eso nos deja sin una de las pruebas fundamentales en la estafa, que es la declaración de la víctima". Sobre las estafas telefónicas, Cortés dijo que en esta materia "falta educación y difusión" para que las personas puedan reconocerlas.

Otros resultados

A nivel general, el subsecretario Carrasco calificó esta Enusc como una herramienta que permitió deducir que la victimización se encuentra "estable y a la baja". Mientras que los afectados por hogar se mantuvieron estables, el porcentaje de personas que cree que será víctima de un delito en los próximos 12 meses es de un 39,7%, lo que implica una baja respecto de 2015, cuando llegaba a 41,3%. En relación a si la delincuencia en el país aumentó, el 85% contestó afirmativamente, versus el 86,8% que lo hizo en 2015.

Para Carrasco, estas cifras revelan que "como gobierno vamos en el camino correcto". Opinión diferente tiene el senador RN Alberto Espina, quien indicó que el Ejecutivo "asumió con un 22,8% de personas víctimas de delito y esta cifra se disparó a un 27,3%, siendo un fracaso rotundo. Y si a esto se agrega que 9 de cada 10 asaltos se archivan sin ningún resultado (...) tenemos un fracaso en la lucha contra la delincuencia".

En regiones, Coquimbo experimentó el mayor incremento: de un 21,1% en 2015 a un 27,6% en 2016. Carrasco dijo que "una de las explicaciones del alza es que producto del terremoto que se vivió en la región, hay una tendencia a que después de desastres naturales los delitos bajan".

Respecto a una eventual discrepancia de cifras, ya que el gobierno había anunciado el año pasado que los delitos de mayor connotación social habían bajo un 6,6%, Carrasco explicó que "este es otro instrumento, es de percepción".

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