Tiene 30 carteras de las más caras del mundo, el famoso modelo Birkin de la marca francesa Hermés, que cuestan mínimo seis millones de pesos cada uno, pero ha dicho que "nunca he leído un libro en mi vida". Y Victoria Beckham, la ex cantante de la Spice Girls, ese grupo de jóvenes inglesas de mediados de los 90, se ha convertido en un símbolo de la moda, referente del estilo, tan celebrada como odiada, gracias al dinero de su marido, el futbolista David Beckham.

La británica gasta al menos 120 millones de pesos en pura ropa. Aparte de los accesorios. Ahora tiene su propia línea de vestuario, que es carísima, para mujeres como ella que pueden despachar 700 mil pesos en una de sus polleras ajustadas y hasta más abajo de la rodilla, o 4 millones en uno de sus vestidos hechos a pedido. Por eso la tildaron "desubicada". Porque justo que las grandes casas de lujo están haciendo propuestas lo más rebajadas que se pueda para que las mujeres puedan seguir siendo elegantes aún en tiempo de crisis, la morena de 35 años saca diseños inalcanzables.

Victoria es "vulgar", ostentosa y nueva rica para muchos críticos. Mientras que otros dicen que "por estos días es inevitable fijarse en ella para saber cuáles son las últimas tendencias de la moda". Algunas la acusan de copiar descaradamente esos trajes ajustados, en tonos básico y de corte impecable, casi arquitectónicos, del modisto francés Roland Mouret, su mentor. Y con la fama y la chequera de su marido, más su porfiada dedicación, logra siempre estar impecable. Súper delgada, imponiendo el peinado corto, pero mucho más corto atrás, parecido a los que impuso el clásico peluquero Alexandre en los años 70.

Con sus zapatos de suela roja de Christian Louboutin y uniforme de prendas ceñidas y básicas. En blanco, gris o negro. Costosicimas pero sin el mínimo riesgo. Incluso Victoria escribió un libro que se convirtió en best seller en Londres. Se llama Diez Mandamientos en Moda y uno de sus principales consejos es "ir de compras por todo el mundo".