Apenas va una semana de junio y ya luce como un mes cruel para el Presidente Barack Obama y los demócratas, pero eso podría empeorar mucho más.
Ya hay dos fuertes golpes políticos: la amarga derrota demócrata en el referéndum revocatorio de ayer, que ratificó al gobernador republicano de Wisconsin, Scott Walker, y los abismales números del desempleo de la semana pasada. Las malas noticias para los demócratas podrían multiplicarse antes de fin de mes.
La Corte Suprema está por juzgar la promulgación por parte de Obama en 2010 de una iniciativa de ley para reformar el sistema nacional de salud y también decidirá la impugnación que presentó su gobierno a la ley de Arizona contra la inmigración ilegal.
Si el juez presidente John Roberts y sus colegas de la Corte derogan toda o parte de la ley de salud, los demócratas podrían quedar desmoralizados, pues invirtieron más de un año y las carreras políticas de unos cuantos, para asegurar la aprobación del proyecto.
En cuanto a la ley de Arizona, además del tema importante de la inmigración, los demócratas lucha por conservar el escaño en la Cámara Baja de Gabrielle Giffords, quien renunció en enero para centrarse en su recuperación tras ser herida de bala.
En la elección especial del martes próximo, el ex asesor de Giffords Ron Barber está enfrascado en una contienda reñida con el republicano Jesse Kelly, quien perdió frente a ella en 2010 por apenas 4.156 votos.
Mientras se avecina un verano plagado de peligros políticos antes de las elecciones de noviembre, los demócratas tienen problemas para reanimar a sus seguidores y contrarrestar aquellos acontecimientos que pudieran reforzar a los republicanos y solidificar la opinión generalizada de que el país va por mal camino y que necesita un liderazgo nuevo.
En una videoconferencia con partidarios esta semana, el director de la campaña de Obama, Jim Messina, reconoció el desafío. "Tenemos que mantener la concentración, trabajar duro y hacer caso omiso de los altibajos", dijo.
El tema de la economía domina los demás. La cifra de 69.000 puestos de trabajo creados en mayo, peor de lo esperada, y un aumento de la tasa de desempleo al 8,2%, preocupa a los demócratas.
"Podemos defender la trayectoria de Obama. Hemos creado puestos de trabajo. El legado de la caída de Bush es real", dijo el representante demócrata por Vermont, Peter Welch.
"Sin embargo, lo que afecta el estado de ánimo ha sido tradicionalmente la economía según como la perciben los votantes, luego de seis meses de baja ... Todos nosotros tenemos la esperanza, evidentemente, de mejores cifras de empleo".