Victoria Sandino lleva 24 años en las filas de las FARC, guerrilla en la que escaló rápidamente hasta convertirse en una figura femenina clave. Fue comandante del grupo rebelde hasta la dejación total de armas, que concluyó a fines de junio y en 2016 participó de la mesa de diálogo con el gobierno de Juan Manuel Santos. Se convirtió así en la única mujer vocera del proceso de paz. Ahora liderará uno de los desafíos más grandes en la historia de la ahora ex guerrilla: la transición de las armas a la política. El partido político de las FARC (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común) se prepara para su aterrizaje en el Congreso en 2018 y Sandino, que es parte de su Consejo Político Nacional, detalló en esta entrevista telefónica con La Tercera, los desafíos de esta nueva era en la que según dijo, uno de los propósitos "es que podamos llegar a la mayoría de la población colombiana".
¿Cuál es el mayor desafío de las FARC en esta nueva etapa?
Los desafíos son muchos. El principal desafío es la construcción de la paz, una paz con justicia social tal cual como nosotros lo hemos concebido. Eso empieza por muchas razones, de muchas formas. Una de ellas es la consolidación de este partido que está naciendo y que podamos llegar a la mayoría de la población colombiana que a lo largo de todos estos años de confrontación no hemos podido llegar. Y que la gente pueda conocer nuestra propuesta, nuestra iniciativa y que en Colombia podamos alcanzar la reconciliación nacional. La visita del Papa esperamos que contribuya a ese proceso de reconciliación y sobre todo para avanzar en estos términos de la reconciliación. Para una paz estable y duradera, como la hemos pensado, es necesario que el gobierno cumpla, que se logre la implementación completa de lo pactado en La Habana.
¿Cómo recibió la negativa del Papa Francisco a reunirse con ustedes?
Hemos hablado con varias personas de otras comunidades muy cercanas al Vaticano y hemos expresado nuestra disposición. Pero también creo que él está en su derecho. Es una determinación me imagino del Vaticano, de no hacer una reunión pública y directa con nuestra organización, con nuestro partido. No condenamos eso, saludamos la venida y seguimos trabajando por la construcción y la consolidación de esta paz.
¿Cómo van a lograr obtener la confianza de los colombianos?
Yo no creo que sea tan difícil. Aquí en Colombia, como hemos vivido un período de guerra tan prolongada, tan intensa, además muy cruenta y con muchas víctimas, hay muchas heridas en la sociedad. En ese sentido, también durante todo este tiempo la guerra no fue solamente de los tiros, de las armas, sino también una guerra mediática en donde se estigmatizó profundamente a la contraparte, a nosotros que no tuvimos los medios de comunicación. El lanzamiento del nuevo partido fue realmente significativo. Se llenó la Plaza Bolívar, donde caben 50.000 personas y para nosotros fue muy significativo.
¿Cree que la sociedad colombiana sigue estando polarizada como lo estaba cuando ganó el No en el plebiscito que buscaba refrendar los acuerdos de paz?
Sí. Yo creo que hay mucha polarización todavía. La hay por lo mismo, porque se ha sembrado mucho odio en nuestro país, mucho resentimiento. Y hay muchas fuerzas que siguen empeñadas en poder seguir generando esos odios. Yo sí creo que hay todavía una polarización fuerte, pero también hay otra realidad. El año pasado, cuando fue el plebiscito, las FARC no hicimos campaña, no participamos a favor del Sí y en contra del No. El gobierno no lo permitió. Aún no había dejación de armas y no lo permitieron. Hoy la realidad es otra. No es que haya cambiado la polarización pero sí hay mucho debate en torno a conocer las distintas fuerzas y especialmente lo que pensamos nosotros. El otro tema incuestionable para Colombia y el mundo es que FARC cumplió absolutamente todos los compromisos.
¿Y el gobierno de Juan Manuel Santos cumplió?
Efectivamente no. Ahí está el tema y es parte de las controversias que hay. Porque el gobierno no ha cumplido con su parte con cosas mínimas.
¿En qué sentido?
Con nosotros no ha cumplido casi que en nada, empezando por los espacios territoriales transitorios, lo que eran las zonas veredales antes. Esas zonas nunca estuvieron listas, nunca fueron adecuadas de manera digna para que nuestro personal pudiera hacer ese tránsito. La contratación que ellos hicieron de esos terrenos lo hizo por seis meses y esos seis meses terminaron. Nosotros permanecemos en esos espacios pero de manera casi que ilegal.
Ustedes dijeron que no iban a tener candidato en las elecciones de 2018...
Hasta ahora eso es lo que hemos decidido. Incluso en el Congreso, lo que hemos querido más bien es un espacio amplio, de convergencia. Incluso hemos planteado la necesidad de constituir, de crear en los próximos comicios, una gran convergencia que nos permite constituir un gobierno democrático, de transición. De la transición de la guerra a la paz.
¿Podrían entonces aliarse con las mismas personas que implementaron el acuerdo?
Hemos hablado con muchas personas. No solamente con las personas que impulsaron el acuerdo o votaron a favor del Sí.
Va a depender entonces en quien les garantice los acuerdos, ¿puede ser de cualquier espectro político?
Tiene que ser un defensor de la democracia, de una democracia profunda y avanzada ya sea de derecha o de izquierda o de centro.