El británico Mark Cavendish se vistió este sábado en la Playa de Utah el primer maillot amarillo del Tour de Francia, en una primera etapa marcada además por la caída del español Alberto Contador, uno de los candidatos a vestir de amarillo en los Campos Elíseos.
Cavendish, que nunca había liderado la general del Tour pese a sus 27 triunfos parciales en la ronda gala, se impuso al alemán Marcel Kittel y al campeón del mundo, el eslovaco Peter Sagan, tras 188 kilómetros de etapa.
"Quería este maillot! Tenía una sola posibilidad, no podía desaprovecharla. Todo el equipo ha trabajado por este resultado, incluso Boasson Hagen, que se vio implicado en la caída del final. He ganado muchas etapas, es cierto, pero aquí (...) es un lugar histórico que es justo honrar", indicó aludiendo a una de las famosas playas donde se produjo el desembarco de las fuerzas aliadas en la II Guerra Mundial.
El alemán André Greipel, que se hizo el año pasado con cuatro etapas del Tour, finalizó cuarto en un largo esprint que dio lugar a varias caídas.
Cavendish, que fichó esta temporada por el equipo sudafricano Dimension Data, recuperó su puesto en lo más alto de la jerarquía de los velocistas. Tras sólo cuatro victorias antes de llegar al Tour, el corredor nacido en la Isla de Man (31 años) fue superado el domingo pasado en la disputa de los nacionales de su país.
El laureado corredor británico se acercó a un triunfo del francés Bernard Hinault en el palmarés histórico de vencedores de etapa, aunque aún está lejos del récord. Sin embargo aún sigue lejos de las 34 etapas logradas por el belga Eddy Merckx.
Contador herido
Al igual que ocurriese en la edición del Tour de 2011, Contador se fue al suelo en la primera etapa. El ciclista madrileño, ganador de la carrera en 2007 y 2011, presentaba heridas visibles en el hombro y en la cadera de su costado derecho, aunque a falta de realizar las pruebas médicas no parece que el madrileño presenta fracturas que le impidan continuar en carrera.
Contador, que rodaba en los primeros puestos del pelotón, cayó por culpa de un islote que bifurcaba la calzada. Lo mismo le sucedió al británico Geraint Thomas, compañero de Froome en el Sky, cuando el pelotón rodaba 107 kilómetros de la salida desde el Monte Saint Michel. Contador tuvo que cambiar la bicicleta y pudo dar alcance al resto de sus rivales merced a una ralentización de la velocidad de un pelotón conducido por el suizo Fabian Cancellara.
"Es mucha mala suerte, por supuesto. Las primeras señales son buenas, pero ahora está con el médico y tendremos más noticias después", indicó el director de la formación Tinkoff.
Contador, esperado por cinco compañeros de Tinkoff, se unió al grupo menos de cinco kilómetros después. Antes, el coche médico le practicó las primeras curas en sus heridas.
La de este sábado se une a la lista de infortunios de Contador con una carrera que le dio gloria pero también le mostró lo peor del ciclismo. Si en 2011 también pudo seguir en carrera, su caída en 2014 en un descenso en los Vosgos le obligó a abandonar en la décima etapa.
Quintana y Froome vigilantes
Ninguno de los otros favoritos se dejó sorprender por los acelerones del pelotón. Ni el colombiano Nairo Quintana, muy atento para no poner en peligro el Tour en la primera semana como le ocurrió el año pasado.
La primera escapada del Tour reunió a cinco corredores, entre los que destacaba el checo Jan Barta y el corredor local Anthony Delaplace, ambos unos habituales en las primeras escapadas de las últimas ediciones del Tour.
Los equipos de los velocistas controlaron la situación y a falta de cinco kilómetros el pelotón dio caza a los últimos fugados.
El domingo se recorrerá la segunda etapa, con final en alto en Cherbourg y 183 kilómetros de recorrido.
La subida a la Glacerie, un repecho de 1.900 metros al 6,5%, con tramos al 14%, y situada a un kilómetro y medio de meta, servirá para evitar con toda probabilidad un nuevo esprint masivo en la subida final de 700 metros, más suave, antes de la línea de llegada.