El ex dictador Jorge Rafael Videla justificó hoy el accionar militar durante su gobierno de facto entre 1976 y 1981 en Argentina por considerar que el país vivió "una guerra interna con profundas raíces ideológicas y alentada desde el exterior".

Videla brindó su alegato final ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Número 1 de la ciudad de Córdoba, donde es juzgado junto con el ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército Luciano Benjamín Menéndez y otros 28 imputados por delitos de lesa humanidad perpetrados durante la última dictadura militar (1976-1983), antes de que se dé a conocer este miércoles la sentencia.

El ex dictador decidió dar a conocer su "visión particular" a "toda la sociedad argentina, en especial a la juventud manipulada por la propaganda artera. Hubo una guerra interna iniciada por las organizaciones terroristas contra las instituciones del Estado argentino", sostuvo Videla, de 85 años. "Me niego a aceptar el calificativo guerra sucia", aseguró el ex dictador, quien dijo preferir hablar de una "guerra justa" que "fue irregular y su signo distintivo fue la imprecisión".

Videla denunció en tanto que "los enemigos de ayer" cumplieron su propósito y "hoy gobiernan el país y pretenden erigirse en paladines de los derechos humanos".

 "Con este enjuiciamiento se pretende que a través de la sentencia que vayan a dictar homologuen una decisión política adoptada por el sentido de revancha de quienes fueron ayer derrotados. Asumiré, bajo protesta, la injusta condena que se me pueda imponer, para la concordia de nuestro país, como un servicio más", declaró.

Durante una cena en casa de un amigo común "unos 45 días antes del 24 de marzo de 1976", fecha del golpe de Estado que comandó Videla contra la entonces presidenta María Estela Martínez de Perón, el dirigente radical le advirtió que "no pretenda el aplauso" por interrumpir el orden constitucional. Pero le garantizó que desde el radicalismo no se sembrarían "piedras en el camino", según narró.

 Los fiscales del juicio solicitaron que Videla, Menéndez y otros 14 acusados sean condenados a prisión perpetua, mientras que los abogados defensores pidieron su absolución.

Videla fue condenado en el histórico juicio a las juntas militares de 1985 a prisión perpetua, pero en 1990 recuperó la libertad beneficiado por los indultos otorgados por el entonces presidente Carlos Menem (1989-1999).

 En 1998 fue nuevamente detenido, acusado de apropiación ilegítima de menores durante la dictadura. Estuvo en prisión domiciliaria hasta que este beneficio fue revocado en 2008, cuando fue enviado a la cárcel del cuartel militar de la localidad bonaerense de Campo de Mayo.

 La última dictadura argentina dejó un saldo de 30.000 desaparecidos, según las estimaciones de los organismos de derechos humanos.