En la tarde de ayer, José Antonio Viera-Gallo escribió tres mensajes en su Twitter. En ellos, el ministro dio un notorio giro respecto de las críticas que vertió el día anterior en contra del dictamen de Contraloría, que corregirá la norma que le impide indagar denuncias de intervención electoral contra ministros.
El miércoles, el titular de la Segpres había dicho que sería "grave" que el contralor Ramiro Mendoza "empezara a ir más allá de lo que son sus atribuciones". Pero ayer bajó el tono de la controversia, señalando que el gobierno era "respetuoso" del accionar del ente fiscalizador y que éste cumplía una "función insustituible".
En La Moneda aseguran que el retroceso del ministro estuvo vinculado a la mala evaluación que se hizo en Palacio de su primera intervención, que también desató una intensa arremetida comunicacional de la Alianza en la jornada de ayer.
La polémica surgió tras conocerse que Mendoza emitirá un nuevo dictamen a raíz de las denuncias por intervención electoral en contra de ocho ministros de Estado. En el organismo señalan que el contralor modificará el criterio vigente que impide iniciar un sumario contra un secretario de Estado, pues a éstos no se le considera funcionarios públicos.
Fue al defender esta postura que Viera-Gallo había lanzado una dura advertencia al contralor, quien replicó señalando que él puede hacer todo lo que la ley le permite.
Este enfrentamiento escaló ayer sumando declaraciones cruzadas entre el oficialismo y la Alianza. Desde ambos sectores, incluso, hablaron de acusaciones constitucionales: en la Concertación apuntaron a Mendoza, mientras que en la oposición dijeron que, en caso que la Contraloría no investigue, ellos acusarían a los ministros que cometan intervención.
Poco antes del mediodía, en el comando de Piñera acusaron al ministro de ejercer presión sobre Mendoza. "Esto no sucedía desde los tiempos de Pinochet", sostuvo Jorge Schaulsohn. Minutos después, en la sede capitalina del Congreso, los presidentes de la Cámara y el Senado, Rodrigo Alvarez y Jovino Novoa, acusaron a Viera-Gallo de intentar coartar el actuar de Mendoza. "No puede un ministro llamarle la atención al contralor", dijo.
A esas alturas del día, la controversia había despertado un intenso debate cruzado. Desde el oficialismo, el senador PS Jaime Gazmuri acusó a Mendoza de "excederse" y recordó un dictamen suyo en el que prohibía que las sedes sociales pudieran recibir a parlamentarios. "A mi juicio, ameritaría una acusación constitucional", sentenció.
EL PLAN DEL PIÑERISMO
Desde Linares, Piñera optó por cuestionar "a los ministros que reciben instrucciones de un comando", en alusión al origen de la polémica: las declaraciones de seis secretarios de Estado a favor de Frei.
En tanto, en el comando de Piñera concluyeron que tras las palabras de Viera-Gallo, el ministro dejó abierta la puerta para que La Moneda desconozca el dictamen que prepara el ente fiscalizador.
En la Alianza sostienen que ya han hecho distintas evaluaciones respecto del impacto que genera en la ciudadanía la masiva participación de ministros en la campaña de Frei. Reconocen, además, que han diseñado un plan para obtener material gráfico y audiovisual de las actividades que realizan los secretarios de Estado, intendentes y gobernadores en los actos del senador DC.