Vietnam tiene en su fascinante bahía de Halong una de las "Siete Maravillas Naturales". En el conjunto de islotes de la bahía más pintoresca de Asia, operadores turísticos, organizaciones ecologistas y la comunidad de pescadores que allí vive, trabajan codo con codo para ofrecer la mejor imagen de este extraordinario lugar de islotes y farallones que se alzan en el mar como un ejército de seres fantásticos.

Ha Long significa en vietnamita "dragón descendiente", nombre que hace mención a la leyenda sobre la formación de este paraje.

Según la versión popular, Vietnam estaba siendo atacada por una enorme flota de barcos chinos y los dioses, para defender al país, enviaron a una familia de dragones, que dejaron caer joyas y piedras de jade desde el cielo, éstas hundieron las embarcaciones y formaron un cinturón de islas protectoras.

La explicación científica es que la acción de la lluvia y del agua salada, durante 230 millones de años, ha erosionado las rocas de caliza hasta formar miles de relieves calcáreos de formas caprichosas, cuevas y hasta lagos interiores.

BAHIA DE HALONG
La Bahía de Halong, declarada Patrimonio Universal por la Unesco, compite con el monte Everest, el río Amazonas, las islas Galápagos o Sierra Nevada (España) para convertirse en una de las "Siete Maravillas Naturales", que serán elegidas mediante votación popular.

Esta iniciativa ha sido impulsada por la fundación "Siete Nuevas Maravillas" y en ella pueden participar parajes o monumentos naturales que no hayan sido creados ni significativamente alterados por la mano del hombre.

El plazo para la presentación de nominaciones para este concurso global, en la dirección de internet (www.natural7wonders.com), concluye el próximo 31 de diciembre.

"Confiamos en que la bahía sea votada como una de las Siete Maravillas Naturales, pero si además conseguimos quedar los primeros sería un gran orgullo para todo el país", comentó Khan Thuy Lan, un guía turístico de 28 años.

Lan explicó que las autoridades y la sociedad están volcadas en que los turistas disfruten de las incomparables islas diseminadas por la bahía, sus cuevas y las aguas color turquesa, sin descuidar la tarea de preservar el ecosistema.

A lo largo de 2010 y 2011, los votantes elegirán a las "Siete Maravillas Naturales" de entre los 21 parajes naturales que queden finalistas en las etapas preliminares.

PARTICULAR GEOGRAFIA

Los lugareños han bautizado a casi la mitad de los atolones con nombres como "El beso de las rocas", el "Elefante" o la "Pelea de gallos" por el parecido que ofrecen sus siluetas al dibujarse en el horizonte.

Algunos de los farallones están plagados de cuevas con innumerables estalactitas y estalagmitas, que los responsables turísticos han alumbrado con tenues luces, que causan un efecto que gusta a unos y desagrada a otros visitantes.

Algunas de las cavernas más majestuosas son la "Gruta de las Estacas de Madera" y "La Cueva Sorprendente", en la que se encuentra la famosa "Roca Pene".

ALDEAS FLOTANTES
Una parte importante de la bahía son las más de 1.500 personas que viven en cuatro aldeas flotantes, en las que además de sencillas viviendas, hay escuelas y hasta centros de ocio.

Sus habitantes se dedican a la pesca y a la acuicultura de moluscos y pescados, que ahora venden a los turistas, cuyo número se ha multiplicado desde que hace doce años el lugar fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

En los último diez meses, la Bahía de Halong ha recibido unos 3,8 millones de visitantes, la mayoría de China, Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Francia, Italia y España, según reflejan los datos oficiales.

Decenas de embarcaciones surcan casi todos los días estas aguas para transportar a los turistas hasta las cuevas o playas de la bahía, donde las autoridades han construido numerosos muelles y también un casino-hotel de lujo en una de las islas.

TURISMO
Los ecologistas advierten de que el combustible y el aceite de los barcos, así como los desechos que dejan los turistas, son un potencial riesgo para la sostenibilidad de este impresionante paraje natural.

Hace cinco años, las autoridades locales autorizaron la construcción de un casino en la playa artificial de Bai Chai, situada frente a la bahía.

El complejo lúdico, cuyo costo ascendió a 45 millones de dólares, cuenta además con un hotel de lujo de 114 habitaciones y un pequeño parque recreativo.

La creación del casino, donde tienen prohibida la entrada los vietnamitas, es un reclamo para los turistas chinos, que además de disfrutar de un creciente poder adquisitivo son muy aficionados a los juegos de azar.