A sufrir la pena de 20 años de presidio fue sentenciado un obrero forestal que durante dos años violó en forma reiterada a su hija biológica en la comuna de Loncoche.
 
El caso fue llevado a juicio por las fiscales Paola Varela y Gabriela Rojas, quienes acreditaron que las violaciones comenzaron en agosto de 2009, cuando la víctima tenía 7 años de edad, y se sucedieron reiteradamente hasta el 13 de enero de 2012, la mayoría de las veces en el domicilio común o en el hogar de la abuela materna, en Loncoche, y también en la ciudad de Cañete, en una oportunidad en que visitó al agresor en la casa de los abuelos paternos.
 
Con la prueba testimonial y pericial ofrecida en el juicio la Fiscalía demostró que el condenado, de iniciales J.R.S., de 32 años de edad, se valió de su condición de padre para acceder carnalmente a la niña mientras permanecía bajo su cuidado.
 
"Abusó de esta situación, del hecho de encontrase al cuidado de la menor, lo que por cierto favoreció la comisión de los delitos, que es precisamente el objetivo que persigue la circunstancia agravante del artículo 368 del Código Penal, que es actuar con mayor severidad con imputados que aprovechan una posición ventajosa frente a sus víctimas para cometer estos ilícitos", detalló la fiscal Paola Varela.
 
La persecutora precisó que para imponer la pena de 20 años de presidio que pedía la Fiscalía, el Tribunal Oral en lo Penal de Villarrica consideró además el periodo de tiempo en el cual la víctima sufrió atentados sexuales por parte de su padre, el número de delitos y también el daño sicológico que esto le produjo, tanto por la gravedad de los hechos como por la circunstancia que la ofensa haya venido de una persona tan cercana como su padre, quien está obligado legal y moralmente a proporcionar cuidados a su hija y no a cometer este tipo de ilícitos.
 
LA PENA
La fiscal Varela manifestó conformidad con la pena obtenida, la cual si bien es alta, dijo, se condice con la gravedad y reiteración de los hechos.  "El Tribunal Oral reconoció una circunstancia atenuante que nosotros no íbamos reconociendo e igualmente aplicó la pena que nosotros solicitábamos".

Dentro de la prueba que se rindió en juicio, la representante de la Fiscalía destacó la declaración de la víctima, la cual fue contundente considerando su edad y a las dificultades dadas por su nerviosismo y reticencia contar a personas desconocidas, en un tribunal, hechos de esta naturaleza tan traumática.
 
También valoró las declaraciones de la madre de la menor, quien aportó antecedentes respecto de las circunstancias en que la víctima devela los hechos y ciertas situaciones de contexto de la conducta del acusado como de su hija; de las peritos del Servicio Médico Legal  Viera Barrientos y Nadia Schweitzer, quienes depusieron respectivamente sobre las lesiones de la víctima y la pericia psicológica practicada; y el de la funcionaria de PDI Lorena Muñoz, quien estuvo a cargo del caso.