Viña en siete momentos: Maluma arrasa en una de las noches más extrañas del Festival

Le respondió Fabrizio Copano. Le respondió Alejandra Valle. Y Alberto Plaza no retrocedió en sus críticas, sino que redobló sus cuestionamientos. Erigido en el defensor moral del humor sin garabatos en Viña, el cantante ha mantenido el protagonismo por la controversia.

La coronaron el viernes y este sábado cumplirá con el tradicional piscinazo. Pero para Kika Silva, el Festival fue nuevamente un amuleto. Al igual que cuando Calle 13 la subió al escenario y la presentó masivamente, Viña consolidó a la modelo como figura, y ella ya anunció su permanencia en el canal que se la jugó para que lograra la corona.

Tuvieron que abrir antes la Quinta Vergara. La galería se plagó de carteles con propuestas de grueso calibre. Y el Monstruo estuvo en un permanente estado de éxtasis durante su show. Más allá de que buena parte de sus temas los cantara con pistas con voz de otros artistas grabadas, Maluma confirmó por qué es uno de los artistas latinoamericanos con mayor proyección, sobre todo por su arrastre con el público.

Viña del Mar tiene un carácter mitológico, entre otras cosas, por los episodios sorprendentes que ocurren. La noche del viernes fue particularmente extraña, en especial por la pelea en la galería en pleno show del humorista Rodrigo Villegas, quien pensó por algunos momentos que las pifias con que el público intentaba llamar la atención iban dirigidas a él. El incidente, que involucró botellas, latas de cerveza, gente que llegó desde los cerros y la intervención de Carabineros, detuvo el espectáculo por cinco minutos.

Fue una injusticia que al comediante le pasara el episodio de la pelea, porque su presentación fue sólida, arrancando sonoras carcajadas -entre ellas las de José Miguel Viñuela- y desplegando un histrionismo en el escenario muy superior a los números previos en su área. El éxito de Villegas deja al humor al borde de hacer un prácticamente inédito "cartón completo" en la Quinta Vergara, sin ningún comediante devorado por el Monstruo. Este sábado, Fabrizio Copano tendrá la última palabra.

"Sé que acabo de perder la Gaviota, pero para mí es importante salvar una vida". Con esas palabras, Danay Suárez, la intérprete de Cuba en la competencia internacional, lanzaba un enigmático mensaje desde el escenario que tenía una explicación: cambió la letra de su tema para darle un tinte más cristiano, una modificación inédita en Viña. La sorpresa aumentó cuando, minutos después, Rafael Araneda anunció que se paralizaría la entrega de la Gaviota de Plata para analizar en detalle las bases de la competencia, algo que sólo estaría listo hoy, y que recién allí se decidirá cómo proceder. El jurado, al parecer, está proclive a reconocer a Suárez, que fue elogiada públicamente por Mario Domm, vocalista de Camila y presidente del jurado. La competencia que sí se definió fue la folclórica: allí, Chile ganó con "Carnavalito de la esperanza", mientras Perú se llevó el premio a Mejor Intérprete.

Viña del Mar y Américo se debían un reencuentro. El mismo escenario que lo lanzó al estrellato en 2010 y que en 2011 lo vio molesto y protagonizando una pelea con Rafael Araneda lo recibió seis años después más maduro y disfrutando en escena. Con arriesgadas versiones de sus temas más clásicos, bailando y sonriendo en todo minuto, el ariqueño hizo honor a lo que dijo antes de entrar a la Quinta Vergara: que venía a aprovechar el momento, más allá de aplausos y gaviotas. Quizás nada lo reflejó mejor que su canción al cierre, ese cover de Jorge González que se titula, simplemente, "Ésta es para hacerte feliz".