1. El piscinazo que recordó que Viña es mucho más que el Festival
La toma Felipe Camiroaga no puede ver el Festival de forma legal. Sus habitantes no tienen luz, agua ni alcantarillado. Y aunque un grupo de sus 900 pobladores había estado protestando durante días afuera del hotel O'Higgins, su situación sólo logró alcance nacional ayer, cuando sus manifestaciones hicieron que se suspendiera el tradicional piscinazo de la Reina de Viña, Kika Silva. Los motivos de seguridad no revisten análisis: habían caído proyectiles y existía riesgo para los periodistas que trabajaban el lugar. Pero el episodio recordó que, incluso en medio del festival más famoso del país, hay realidades que no pueden dejar de ser miradas ni mencionadas.
2. J Balvin confirma el amor de la Quinta y el reggaetón
Al igual que lo hizo Maluma el viernes, el colombiano J Balvin logró el aplauso y los premios de la Quinta Vergara en la apertura de la última jornada del Festival. Aunque con menos pasión que la desatada por su compatriota, su batería de éxitos confirmó que Viña es un lugar propicio para el reggaeton.
3. Fabrizio Copano, un triunfo con la bandera de la contingencia
El comediante venía con la presión de cerrar un Festival casi impecable para el humor en términos de premios y reconocimientos del público. Y Copano, con el desparpajo de sus 27 años, no sólo cumplió, sino que regaló un show en que la Quinta se olvidó por momentos de aplaudir porque estaba completamente muerta de la risa. La ovación de pie que lo premió al cierre también fue un reconocimiento a una rutina que no rehuyó la contingencia, la política ni la improvisación, convirtiendo a uno de los escenarios más grandes del país en un café concert gigante donde cualquiera podía ser protagonista.
4. Lali Espósito, la desconocida artista más popular de Viña
Tiene cinco millones de seguidores en Twitter. Cuatro millones en Instagram. Se ganó las Gaviotas y el premio al Artista Más Popular de Viña. Y aún así, la pregunta de la noche del sábado en las redes sociales fue quién era la cantante que estaba sobre el escenario. Con un sensual espectáculo, la actriz argentina cumplió de sobra y se fue con el reconocimiento de la Quinta.
5. Mon Laferte, la mujer que emocionó a un Monstruo apasionado
Hasta las dos de la mañana del domingo, el Monstruo de Viña había entrado en la categoría de las especies en extinción. Todos los artistas y humoristas que pasaron se llevaron las dos Gaviotas. Y tuvo que venir una viñamarina, Mon Laferte, a revivirlo con un show apasionado y por momentos desgarrador que emocionó al público y provocó la mayor pifia del certamen: veinte minutos exigiendo una Gaviota de Platino que no llegó. Algo, de todas formas, muy moderado si se compara con las mejores épocas del Monstruo.
6. Una solución salomónica en la competencia internacional
La duda había quedado en la penúltima noche: ¿estaba o no en regla el cambio de letra que había hecho la cantante de Cuba a su tema? Y la respuesta llegó anoche. Tras un análisis legal, se descalificó a Danay Suárez, la intérprete, y se le concedió el premio a la canción de España pese a que la cubana sacó mejor votación del jurado. Pero la organización buscó solucionar el tema compensando a la cantante con un premio especial, exactamente igual al del primer lugar: 30 mil dólares y Gaviota de Plata, que Suárez agradeció con un mensaje cristiano a Viña: "Hoy se le pisó la cabeza a la serpiente".
7. Márama y Rombai, el furor adolescente al cierre
Les tocaba cerrar en un ambiente extraño: momentos antes de su presentación, Mario Domm, el vocalista de Camila y presidente del jurado de Viña, se había despachado una durísima crítica a Isabel Pantoja en pleno escenario, mientras aún seguían las pifias exigiendo un premio especial para Mon Laferte. Pero todo se terminó cuando Márama y Rombai aparecieron en escena. El público que se quedó hasta pasadas las 3 de la mañana había ido a ver a ambas bandas adolescentes, corearon las canciones más famosas y bailaron al ritmo de la "cumbia cheta". Los grupos cerraron con el doble premio que se llevaron todos en Viña: gaviotas de Plata y Oro que salieron, como ya es tradición, más devaluadas que como entraron en esta edición del Festival.