Llevan unas diez horas de este domingo contestando, una y otra vez las mismas preguntas, pero Vince Gilligan y Peter Gould suenan animados al teléfono y dispuestos a reír. "Este es un trabajo bastante lujoso", dice Gould, y claro, no es malo pasar el domingo hablando con el mundo sobre ser los cerebros de una de las series más aplaudidas de la pantalla chica, Better Call Saul, y por asociación, de su hito televisivo anterior, Breaking Bad. Gilligan y Gould son los hombres tras Saul Goodman, quien en esta producción -que el martes 11 estrena su temporada tres en Netflix- vemos como el abogado de poca monta Jimmy McGill (Bob Odenkirk), su identidad previa a conocer a Walter White en Breaking Bad, y cómo se enfrenta su hermano Chuck (Michael McKean) y conoce a Mike (Jonathan Banks), músculo, cerebro y pistolas. Pero lo que tiene hace meses a los fanáticos en llamas es el regreso de otro personaje de la serie original, Gus Fringe (Giancarlo Esposito) administrador del restaurante Los Pollos Hermanos y quizás el mejor villano, del mar que nos ha dado la era dorada de la TV, en décadas. La aparición de Fringe en Better Call Saul ha sido precedida de pequeñas dosis de información y coqueteo con los fans, con videos y pistas por aquí y allá.
¿Es entrenido jugar con las expectativas de los fanáticos, cuando se trata del regreso de Fringe?
Peter Gould: Teníamos este código, que pusimos en los títulos de la temporada dos, donde cada primera letra de los episodios iba formando la frase: Fringe Back. De verdad creímos que nadie nos pillaría, pero por supuesto nuestros increíbles fans lo averiguaron casi inmediatamente. Uno de los guionistas lo llamó el secreto peor guardado del entretenimiento. La pregunta ahora es cuándo lo vemos, cómo lo vemos, y ojalá haya un elemento de suspenso. La verdad es que Gus Fringe trabaja de maneras misteriosas, es quizás el tipo más brillante de las dos series, y sabe exactamente cómo jugar con los otros personajes. No se mostrará a menos que tenga una muy buena razón.
Vince Gilligan: ¡Y es chileno!
Sí, es uno de nuestros momentos más orgullosos en cultura pop.
VG: (Risas). Nos encanta eso.
En Breaking Bad, uno de los temas centrales era el ego masculino. Ahora lo exploran por otro lado: la rivalidad entre hermanos, con Jimmy y Chuck.
VG: Definitivamente con Walter White una buena parte de la serie giraba alrededor del ego masculino y la sensación de potencia. Creo que ahora está en la misma área, pero es algo distinto, porque la rivalidad entre Chuck y Jimmy está basada en la envidia. Muchos fans ven a Chuck como el villano, pero yo le tengo más empatía, creo que tiene una tristeza. Es el primogénito que ha trabajado duro, un hombre brillante que se hizo a sí mismo, viene de clase media baja y se transformó en un importante abogado. Ha trabajado mucho para impresionar, sobre todo a sus padres, cuando llega y les dice que se graduó con honores, su hermano menor aparece tambaleándose después de pasar la tarde en el bar. Creo que en vez de ego masculino ahora termina siendo algo más universal en ambos sexos, que es la falta de autoestima. Chuck se siente menos querido que su hermano.
Los dos primeros episodios los dirige Vince, y nuevamente los personajes están siempre al interior, entre las sombras, resguardados por persianas. Sólo a veces vemos el contraste del desierto luminoso. ¿Cómo se llega a esa estética?
VG: Con Peter amamos las mismas películas de fotografía maravillosa, como El Padrino, y el trabajo ahí de Gordon Willis. Amamos los claroscuros, y significa mucho para nosotros poder hacer extremos fotográficos. Los hacemos en exterior también, si un personaje está bajo una autopista y aparece como silueta. Antes de empezar la serie Peter hizo un libro de la estética que tendríamos, con inspiraciones como Bernardo Bertolucci. Esta serie es muy graciosa a veces, y normalmente la comedia televisiva en EE.UU. usa mucha luz. Y todo lo que nosotros queremos es vernos diferentes. Por eso filmamos más ancho que otras series, más oscuro. Nos enorgullece cuando nos diferenciamos de cualquier otra serie, o cualquier película.
¿En la sala de guionistas dicen aún: queremos ser totalmente distintos a Breaking Bad? ¿O como es la temporada tres ya no les sucede?
PG: Creo que cuando partimos hicimos exactamente eso. No nos repitamos. Queríamos salir de las sombras de Breaking Bad, porque fue lo mejor que pudo ser. Habiendo dicho eso, ya que estamos en la temporada tres y a la gente parece gustarle lo que hacemos, vemos los dos mundos mezclarse más. Igual trabajamos mucho en mantener el foco: esta es la historia de Jimmy McGill que se convierte en Saul Goodman, y también la historia de Mike, que se convierte en la mano derecha de un capo de la droga. Tenemos más oportunidades de mezclar porque ahí nos lleva la historia: Mike tiene que conocer a Gus Fringe.Justo el otro día estábamos viendo uno de los nuevos episodios y Vince dijo algo muy amable.
VG: Dije: 'Creo que acabo de ver el episodio número 63 de Breaking Bad'. Me hizo feliz. No buscamos hacer de Better Call Saul un Breaking Bad, porque eso se terminó. Pero cuando tenemos la oportunidad de tomar esta nueva historia, su propio mundo, y traerle algo del mundo de Breaking Bad, estamos felices.