La probabilidad de que un niño desarrolle una alergia alimenticia podría estar relacionada con la estación del año en la que nació, según un estudio que publica hoy el Journal of Epidemiology And Community Health.

Los niños cuyos tres primeros meses de gestación en el útero materno coinciden con la primavera son más propensos a desarrollar alergias a alimentos, de acuerdo con los hallazgos de un grupo de investigadores de la Universidad de Oulu en Finlandia.

Para llegar a esa conclusión, estos expertos llevaron a cabo un estudio realizado con 5.973 bebés nacidos entre los años 2001 y 2006 en un área del sureste de Finlandia.

De ese total de niños, un 18 por ciento dio positivo en pruebas de alergias alimentarias antes de cumplir cuatro años.

El estudio mostró que las alergias a alimentos variaban según el mes de nacimiento del niño, con un 5 por ciento de alérgicos en los nacidos en junio y julio y un 10 por ciento en los nacidos entre octubre y noviembre.

Según el estudio, aproximadamente el 11 por ciento de los niños cuya undécima semana de gestación en el útero materno coincidió con los meses de abril o mayo fueron propensos al desarrollo de alergias alimenticias frente a una tasa del 6 por ciento de menores que alcanzaron ese estado de desarrollo fetal entre diciembre y enero.

Además, tras realizar análisis del polen ambiental durante esos años, los investigadores vieron que los niveles de abedul y de polen de aliso llegaron a su momento álgido en abril y mayo.

Cuando acotaron este estudio a alérgenos específicos, los expertos detectaron que un niño era tres veces más propenso a desarrollar alergias a la leche y los huevos cuando el primer trimestre del embarazo materno concluyó en abril o mayo que aquellos cuyos tres primeros meses de desarrollo fetal coincidieron con noviembre o diciembre.

Según los autores del estudio, investigaciones previas sobre este asunto ya mostraron que los niños nacidos durante el otoño o el invierno tienen más probabilidades de sufrir eczemas y problemas respiratorios, puesto que cuentan con un mayor nivel de anticuerpos en circulación a los alérgenos que los niños nacidos en primavera o verano.

Esto se debe a que el feto comienza a producir anticuerpos a los alérgenos aproximadamente durante la undécima semana de desarrollo, y anticuerpos a alérgenos específicos aproximadamente a las 24 semanas, según el estudio.