Gran revuelo causó la jornada de este miércoles el audio de la llamada que denunció la agresión a Nabila Rifo la madrugada del 14 de mayo de 2016 en Coyhaique. Esto, en medio de la tercera jornada de juicio oral contra el único imputado, su ex pareja Mauricio Ortega.
Pese a que la alerta emitida por el menor de 17 años de iniciales C.J.Q.M resultó estremecedora, en su declaración posterior, contó detalles aún más precisos de lo que evidenció esa noche.
Él, como el único testigo presencial del caso, expresó en su declaración, que se extendió por una hora y cinco minutos, que en un principio, cuando estaba en el antejardín de su domicilio fumando junto a dos amigos, "sentimos unos gritos muy fuertes de una mujer, los cuales de a poco fueron disminuyendo su intensidad, comentando que se trataría de una mujer ebria".
En ese instante, cuenta que su amiga le dice que "mire hacia afuera. Luego me dirijo al pasillo lateral del costado derecho de la casa, colocando mis pies en el cerco, logrando observar hacia el exterior, específicamente a una persona de sexo masculino, lo digo por su contextura, el cual vestía ropas oscuras, quien se encontraba de rodillas, manos juntas moviéndolas hacia arriba y abajo, golpeando el suelo".
Ahí, el joven le dijo a sus amigos que pensaba que le estaban pegando a alguien. En ese momento, siendo las 6.02 de la mañana, C.J.Q.M decidió llamar a Carabineros.
En el lugar, según el relato, luego de cinco minutos, el hombre se levantó y caminó por calle Lautaro en dirección al Oriente. "Fue ahí que pasaron unos segundos que yo le perdí de vista. Luego el mismo sujeto se devuelve, se arrodilla en el mismo lugar que estaba y comienza a mover sus manos separadas hacia arriba y abajo, dio un par de golpes en el suelo, se levanta y comienza a caminar a paso rápido por Lautaro. Mientras se alejaba, él observaba hacia atrás".
El hombre que el joven describió en su declaración es de contextura delgada, de alrededor de 1,70 a 1,75 de estatura, que mantenía sus ropas oscuras y ajustadas al cuerpo. Además, mencionó que, al parecer, llevaba puesto un polerón con gorro.
Tras ver a la patrulla de Carabineros corrió sin alcanzarla. Fue en ese instante en que se percató que en el mismo lugar donde el hombre había estado golpeando, había una persona tendida. Vio su cuerpo: una mujer que no reaccionaba.
"Yo le dije si estaba bien pero no me respondió. Vi su rostro completamente con sangre, me asusté mucho al ver a la persona, quise ayudarla pero fue tanto el impacto que corrí a mi casa, lugar donde volví a llamar a Carabineros", sostuvo el joven.
Al llegar el personal al lugar, C.J.Q.M se acercó y relató lo que había visto.