Gonzalo (40) y Claudia (37) se conocían de toda la vida. Primero fueron  vecinos en La Florida, luego amigos y, antes de cumplir los 20 años se convirtieron en pareja. Tres años después se casaron.

Mientras fueron novios tuvieron algunas peleas pequeñas, pero Gonzalo recuerda que "jamás golpes o insultos, aunque sí mucha vigilancia de su parte. No podía hacer nada sin tener que informar. Esto fue dañando la relación y no me di cuenta".

Al primer mes de casados las cosas cambiaron. "No me acuerdo por qué discutimos o lo que generó la pelea. Ella me pegó un combo en la boca y se fue a vivir por un mes donde una tía. Había muchos insultos y yo respondía haciendo lo contrario a lo que me pedía. Podíamos estar semanas durmiendo separados".

La dinámica, afirma, prosiguió de manera similar por varios años, pero continuaron juntos y tuvieron dos hijos. Una madrugada, cuando el hijo mayor del matrimonio estaba entrando a la adolescencia, la pareja tuvo otra gran pelea. "Fue tan agresiva la discusión que le pegué una cachetada y una patada. No aguanté más. Ella me demandó, estuve firmando por un año. Como se dio cuenta que la ley estaba de su parte, las agresiones físicas e insultos crecieron y no pararon más", describe Gonzalo.

Y aunque los golpes continuaron, Gonzalo asegura que "nunca la denuncié. Este es un país machista y me da vergüenza. Aunque me vuelva a pegar no lo haría porque yo soy hombre".

La Violencia intrafamiliar  (VIF) de mujeres en contra de hombres no es un fenómeno nuevo, aunque culturalmente es un tema que se prefiere ocultar. Sin embargo, cada vez son más los hombres que se atreven a hacerlo público.

Cifras de Carabineros indican que las denuncias de este tipo (que incluyen actos tantos físicos como violencia sicológica) aumentaron un 17% entre 2010 y 2012, pasando de 17.530 a 20.558 casos. Entre 2011 y 2012 el aumento fue de 2,5%.

"Se ha producido un aumento de la VIF contra hombres, que principalmente por vergüenza antes no denunciaba. Quien lo hace ha derribado mitos y se dio cuenta que también es sujeto de derecho", dice la mayor Silvana Marisio, de la Dirección de Protección de la Familia de Carabineros (Diprofam).

La cantidad de detenidas por violencia contra hombres también creció: de 1.173 casos en 2010 se llegó a 1.720 en 2011. A julio del año pasado, un total de 1.041 mujeres habían sido detenidas por esta causa.

"Las mujeres agresoras tienen las mismas penas que los hombres: salida del hogar común, penas en beneficio a la comunidad, arraigo y prohibición de acercamiento, entre otras", precisa la mayor.

Agresión sicológica

En relación con el tipo de agresión, el informe policial dice que en el 38,24% de los casos corresponden a daño verbal y sicológico; 22,23%, a golpes de manos y pies; 4,40%, con objeto contundente, y 1,95%, con arma blanca.

"Los hombres son más maltratados sicológicamente porque es más dañino para ellos ser denigrados y denostados frente a la familia. Es probable que la mujer reciba la misma respuesta si hace daño físico. Esto pasa principalmente por las diferencias de salarios o cesantía", agrega Marisio.

Comunas

Las comunas que presentan más denuncias  son Puente Alto, que pasó de 402 a 603 casos, entre 2010 y 2011. A mitad del año pasado ya registraba 353. "Las mujeres y hombres de estratos sociales más altos no denuncian, en cambio, en otro nivel social les es más común. Esto no significa que las agresoras sean de niveles socioeconómicos bajos. El denostar a un hombre generalmente va asociado al tema económico", insiste la mayor.

Respecto del estado civil de las víctimas, el estudio señala que no hay mayores diferencias entre hombres solteros (47,49%) o casados (47,07%) que sufrieron agresiones por parte de mujeres.

Las víctimas más vulneradas pertenecen al grupo  de entre 26 a 35 años (24,73%), seguidas por los de 51 a 60 años (12.94%).

"La única manera de salir del círculo de la violencia es denunciando. Es importante buscar ayuda ante los primeros signos de violencia y no esperar que esto termine de la peor manera o con una desgracia. Carabineros dispone de los números 147 (niños) y 149  (familia) para entregar  orientación confidencial", con- cluye la oficial.