Fue la madrugada del miércoles pasado que Daniela Fernández Pérez de 36 años dio muerte con un cuchillo a su pareja Miguel Ángel Meléndez de 44 en La Florida. Según los antecedentes que los familiares y amigos aportaron a la investigación que está en manos de la fiscalía, las agresiones de Daniela contra Miguel Ángel eran constantes. Asi los comprobó el peritaje realizado por la Brigada de Homicidios de la PDI que confirmaba que "la víctima tenía lesiones anteriores a su muerte", según dijo el inspector Felipe Valdés.

Este caso no es un hecho aislado y se trata de un delito que ha experimentado un aumento, a pesar de que la tendencia siguen siendo las mujeres agredidas. Las denuncias de hombres violentados por sus parejas aumento en un 14,9% entre el 2010 y el 2011, según lo manifestó a La Tercera el Coronel de la Dirección de Protección Policial de la Familia, Enrico Morelli.

"Antiguamente no se denunciaba pero a medida que la sociedad ha ido experimentando una apertura de mente ha habido menos vergüenza en los hombres de denunciar cuando son agredidos por sus mujeres. Antes el hombre se sentía humillado, pero el aumento de las denuncias demuestra que cada vez hay menos temor", dice Morelli.

Las cifras que entrega Carabineros dan cuenta de que durante el 2011 hubo 121.258 denuncias por violencia intrafamiliar (VIF) de las cuales el 79,9% corresponden a agresiones a mujeres (96.910 denuncias) y el 13,7% a hombres violentados (16.607 denuncias). Entre el 2010 y el 2011 se experimentó un aumento del 14,9% en las denuncias por VIF realizadas por hombres.

El año 2010 14.451 hombres denunciaron y durante el 2011 fueron 16.607 los que se atrevieron a hacerlo. El Coronel Morelli cuenta además que "el año pasado se aprehendieron a 4.866 mujeres por agresiones físicas a sus parejas".

PERFILES AGRESORES
La Jefatura Nacional de Delitos Contra la Familia (Jenafam) de la PDI explica los perfiles más recurrentes de las agresoras y sus víctimas.

El Subcomisario y sicólogo del Instituto de Criminología de la PDI, Gonzalo Ulloa cuenta que "Si bien ambos delitos tienen similitud, en el caso de los hombres toma relevancia la burla social. Esto porque el hombre esta situado en una sociedad patriarcal por lo tanto para ellos es humillante denunciar que su mujer lo golpea o lo violenta física y emocionalmente".

"Esto se puede dividir en dos ámbitos y el primero es el sesgo cultural, el sentirse humillados por la sociedad. Mientras que el segundo ámbito es el desconocimiento de una ley que los ampara. Los hombres parecieran desconocer que la ley 19.325 que es para hombres y mujeres que son violentados. Eso implica una falencia del organismo sociojurídico que difunde poco esta información", dice Ulloa a La Tercera.

Ulloa también define los perfiles de las agresoras según un estrato socieconómico. El experto explica que "las mujeres de estratos socioeconómicos más bajos tiende a emplear la violencia física, y los sectores medios y acomodados emplean de manera más recurrente la violencia sicológica o devaluación de la pareja. Y aunque en menor medida, también se aplica la violencia sexual".