Unos 32 millones de mexicanos eligieron este domingo autoridades locales en 14 de los 32 estados y la gobernación clave de Baja California, en una jornada ensombrecida por las graves acusaciones entre partidos y varios incidentes violentos como la confusa muerte de un militante del PRI.

La jornada electoral, la primera desde el regreso del PRI a la presidencia con Enrique Peña Nieto en diciembre, concluyó a las 18.00 horas locales (09.00 en Chile).

Desde que los mexicanos empezaron a votar, los líderes de los tres principales partidos -el oficialista PRI, el conservador PAN y el izquierdista PRD- se enzarzaban en un cruce de graves acusaciones de actos de corrupción e intimidación en varios distritos. 

Esta guerra de denuncias incrementó la tensión de uno de los procesos electorales más violentos de los últimos años -con una docena de candidatos asesinados o secuestrados de todos los partidos- y puede acabar dañando el inédito acuerdo legislativo nacional que mantienen los tres partidos, conocido como Pacto por México.

Entre los incidentes registrados el domingo destaca la muerte de un militante del PRI (Partido Revolucionario Institucional) por heridas de arma de fuego en el municipio de Coxquihui, en "un posible enfrentamiento por cuestiones partidistas", según dijo a la AFP un vocero del gobierno del estado de Veracruz.

Ni las autoridades ni los partidos han informado oficialmente sobre las circunstancias de esta muerte, que se habría producido en un tiroteo ocurrido en las inmediaciones de una oficina de campaña del PRI.

Otro incidente violento se registró en la madrugada en Tijuana (Baja California), cuando fue lanzada una bomba molotov contra la vivienda de una candidata del partido regional Encuentro Social, que resultó ilesa.

También se reportaron casos de robos de boletas en sedes electorales de los estados de Oaxaca y Puebla, entre otras irregularidades. 

Los dirigentes de los opositores PAN (Partido Acción Nacional) y PRD (Partido de la Revolución Democrática), que en esta elección han vuelto a presentar algunas candidaturas conjuntas, acusaron al PRI de retomar prácticas de intimidación y compra de votos que emplearon para gobernar México durante 71 años hasta la victoria del panista Vicente Fox (2000-2006).

Jesús Zambrano, presidente del PRD, afirmó incluso que "en una parte muy importante de los estados, el crimen organizado está actuando para favorecer a los candidatos del PRI".

El presidente del PAN, Gustavo Madero, también denunció irregularidades atribuidas a los gobiernos locales del PRI, al que pertenecen 10 de los 14 gobernadores de los estados donde hubo elección.

De su lado, el PRI rechazó las acusaciones y también lanzó denuncias de intimidaciones por parte de la oposición.