Sybille Wiedmer vive en Zúrich, Suiza, y está haciendo la maleta para viajar a Tailandia. La mujer se prepara para visitar a su madre que vive en un asilo en Chiang Mai. "Mucha gente se sorprendió al principio y empezó a preguntar: '¿cómo puedes hacer eso?', 'no la puedes visitar'", asegura. "Y les contestaba que si la visitase aquí, media hora más tarde lo olvidaría". Su madre, Elisabeth, de 91 años, tiene demencia senil.
La mujer vive desde hace cuatro años en una residencia de ancianos en Tailandia junto a una docena de suizos y alemanes, pero apenas tiene recuerdos. "No estoy aquí desde hace mucho tiempo. Pero es muy agradable y la gente es muy simpática. ¿Hace cuánto que estoy aquí?", pregunta.
Cuando le contestan que lleva más de cuatro años y medio, exclama: "¡Oh, he envejecido!".
Los costos del cuidado de los mayores son significativamente más bajos en Tailandia que en Europa, pero la reputación de la calidad del servicio es muy alta en ese país asiático. Para Sybille, fue clave para enviar a su madre. "El trato es mucho más individualizado y la tratan con cariño", dice.
En las residencias de Tailandia, hay más cuidadores por paciente que en las europeas, así que enviar a los familiares a asilos en el exterior es una elección que cada vez más europeos podrían plantearse. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2050 el número de personas que superen los 80 años se habrá cuadruplicado hasta los 395 millones. Y, según las estadísticas, a esa edad una de cada seis personas tiene demencia.
Pagar una buena residencia de ancianos puede estar fuera del alcance de muchos. Por ejemplo, en Suiza, el costo de una plaza en un asilo de ancianos oscila entre los US$ 5.000 y los US$ 10.000 mensuales, mientras en Tailandia, la cifra está en torno a los US$ 3.000 por un paquete con cuidados completos.
En Reino Unido, los costos llegan hasta los US$ 5.000 y se sabe de abusos a ancianos y a personas a las que se les dejó morir de hambre y sed. Por el contrario, Tailandia tiene una cultura arraigada del cuidado a los mayores.
Martin Woodtli es la directora de una residencia de ancianos en Chiang Mai. Nacida en Suiza, asegura que los residentes en el asilo gozan de una calidad de cuidados por un precio que no tienen en su país de origen. "Puedes tener tres o cuatro cuidadores por persona y puedes organizarlo de forma que sea así 24 horas. Eso no es posible en Europa", explica.
Pese a la distancia, Sybille habla con su madre por Skype casi todos los días y la visita en Tailandia al menos dos veces al año.
Sin embargo, a Markus Leser, de la Asociación de Residencias de Ancianos de Suiza, no le convence la idea. "Por supuesto que es más barato si te vas a Tailandia. Pero no tendría en cuenta sólo el dinero", dice.