Desde hace más de 25 años que el despertador de Sergio Campos suena antes de las cinco de la mañana y eso es algo que su reloj biológico ya tiene incorporado. "Claro que después de las vacaciones cuesta una o dos semanas volver a acostumbrarse, así es que por estos días lo pongo tres veces, cada cinco minutos", dice el premio nacional de Periodismo, quien desde 1981 conduce El diario de Cooperativa, programa radial que va al aire a las seis de la mañana y en el que lo acompañan Verónica Franco y Rodrigo Vergara.
La alarma de Raúl Muñoz, quien está junto a Juan Pablo Henríquez a partir de ese mismo horario en Caído del Katre, de Radio Carolina, se activa a las 4.30. "Pero de verdad me levanto con la de las 4.45, me ducho y tomo desayuno con mi mujer, que me acompaña todos los días".
A Angélica Guerrero, de la radio Pudahuel, lo que más le cuesta no es salir de la cama, sino que llegar al final del día. "A las 10 de la noche soy una zombi, mientras que todos los demás tienen rutinas que les permiten estar activos hasta las 11 o 12", cuenta la periodista, que coanima con Juan La Rivera el matinal ¡Buenos Días Chile, Buenos Días Pudahuel!
Cony Stipicic, una de las voces emblemáticas de Duna, sale de su casa alrededor de las seis y media con un café en el auto. Cuenta que cuando ella llegó a esa radio, en el año 2000, su programa Duna en Punto partía a las siete y media de la mañana. Hoy, en cambio, está al aire junto a Juan Manuel Astorga media hora antes, respondiendo a la tendencia general que hay en el dial de comenzar la mañana cada vez más temprano. La razón es que si hay un formato que se ha visto influido -y beneficiado- por el aumento del parque automotriz y los tacos, es la radio. "El tiempo de viaje se ha prolongado y la gente se levanta cada vez antes para llegar a la hora a la pega o al colegio con los niños", dice Julio Stark, de Levantando Chilenos, en radio Corazón. "Yo salgo de mi casa a las cinco y media y ya hay gente esperando en los paraderos", cuenta Muñoz, cuyo programa pasó de abrir a las siete, a las seis de la mañana.
Desde Pudahuel, Angélica Guerrero agrega que ese ya no es un fenómeno exclusivo de la capital. "Ahora llaman de Rancagua, Concepción, Antofagasta, Temuco y todos están igual de colapsados", dice la periodista.
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Sergio Campos (Cooperativa) y Natalia del Campo (Beethoven).[/caption]
Por eso es que, desde hace ya un tiempo, las emisoras están apuntalando no sólo el horario de las siete, sino que le están poniendo fichas al bloque de las seis. "Nosotros en Bío-Bío", dice Tomás Mosciatti, uno de los que ya están sentado dando las noticias a esa hora, "estamos conscientes de que nos escuchan en los lugares más íntimos: en el dormitorio, en el baño, en el auto y tratamos de responder a esa confianza". Hasta la compuesta radio Beethoven se subió a esa micro y este mes estrenó Todas las mañanas del mundo, un espacio de música y actualidad a cargo de Natalia del Campo: "Mi rol es buscar a un nuevo oyente, más mujeres, por ejemplo, e incluir anécdotas entretenidas, o noticias antes de presentar una sinfonía. Y por supuesto dar contexto y acercar ciertas piezas clásicas que a lo mejor se sienten súper lejanas".
¿Cómo se hace para amanecer siempre informado? "Esto es como ir al gimnasio. Tienes que estar en permanente entrenamiento", explica Iván Valenzuela, quien tiene amplia experiencia en este formato, y actualmente lidera Mesa Central en Teletrece Radio. Patricio Fernández es otra de las voces que se han ganado un espacio en la mañana, aunque más tarde. A partir de las 8 am se sienta con la periodista Claudia Álamo y el escritor Rafael Gumucio, con quienes tienen unos diálogos y entrevistas que a veces pueden ser tan serias como hilarantes. "La nuestra es una conversación muy espontánea, pero además de que nos informamos, en general también hay un equipo atrás y una productora, la Sofía García Huidobro, que nos manda las pautas de temas con que vamos a trabajar al día siguiente. El problema es que la gente suele ser desobediente y llega con informaciones bien distintas a las solicitadas", dice Fernández.
"Lo bueno de este formato es que uno no tiene que preocuparse por el maquillaje o de la cara con que se levantó. En ese sentido, admiro a la gente de la tele que está peinada y lista a las seis de la mañana", dice Natalia del Campo. Algo que puede verse en las emisiones en streaming que están incluyendo cada vez más en sus web las emisoras, en las que se puede ver a unos a veces muy evidentemente recién salidos de la cama comentaristas y locutores.
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Angélica Guerrero (Pudahuel), Marco Silva (Oasis) e Iván Valenzuela (T13 Radio).[/caption]
Alta fidelidad
"La gran ventaja de la radio a esa hora es que te da la oportunidad de informar a los chilenos que están con la cabeza despejada y dialogar -en mi caso, junto a Katherine Cubillos- para indicarles lo importante que hay que saber en el día que se inicia", dice Tomás Mosciatti, quien además de conductor del programa Radiograma es director de Bío-Bío en Santiago y Valparaíso. Esa radio, que fundó su padre, lideró, seguida por Cooperativa, el segmento que va de siete a 10 de la mañana en el periodo entre octubre y enero pasado en la zona del Gran Santiago. Detrás de esas dos emisoras que se enfocan en las noticias estuvieron Carolina y Radio Activa, más festivas. Por ejemplo, mientras Mosciatti y Cubillos discuten con un periodista las implicancias de la renuncia de Andrés Gómez-Lobo al Ministerio de Transportes y en Cooperativa revisan las novedades en el fútbol en su segmento deportivo, en Radioactiva, Eduardo "Pape" Salazar, con música muy fuerte "de fondo", utiliza su amplio registro de tonos de voz para responder la oleada de llamados que recibe y que incluyen a una niña que le explica que se llama Avril con V, a Vladimir que quiere mandarle un saludo a sus colegas o una mujer que quiere contar que va muy atrasada camino al Metro. A esa misma hora, en Carolina suena de fondo la Canción Nacional y sus conductores presentan su nueva sección: "Si yo fuera candidato", donde el público propone ideas como "trabajar tres días y descansar cuatro", "tapar todos los hoyos", "eliminar los TAG de las autopistas".
En la radio no existe un sistema general de medición de sintonía y nadie sabe cuánta gente está escuchando minuto a minuto. "Para nosotros, el WhatsApp es como nuestro people meter. Hay un llamado muy bueno o muy malo y caen cientos de mensajes", dice "Pape" Salazar. Los principales datos que tiene la industria y con los que opera el mercado publicitario son los del estudio de hábitos de la audiencia radial que realiza, basado en entrevistas telefónicas y en persona, la consultora Ipsos Connect Media desde hace 30 años a este medio, que de acuerdo a varias encuestas (CEP 2015, Cadem, febrero 2017), es el que los chilenos consideran más confiable.
"La radio", dice Pamela Mengual, directora de cuenta de Ipsos, que lleva más de dos décadas trabajando en ese estudio, "ha sabido mantener enganchado a su público y ponerse al día con el desarrollo". Aunque muchos inicialmente predecían que ocurriría lo contrario, la expansión de los teléfonos inteligentes y las señales online le han permitido expandirse. "La gente escucha programas o podcast mientras anda en bicicleta, trota, va caminando o en el Metro. Es un público que antes no estaba y te da cuenta, porque te tuitea o te manda mensajes desde la calle", dice Cony Stipicic.
De acuerdo a las últimas mediciones de Ipsos en la zona del Gran Santiago, dos tercios de la población (64 por ciento) sintonizan una radio en algún momento entre lunes y viernes. El momento peak se da en torno al mediodía y un tercio (34 por ciento) de las personas escucha programas en el horario de la mañana, momento en que, además, es cuando más atención consigue la radio en los segmentos altos (ABC1 y C2). Mengual también explica que "la gente en general es bastante fiel a sus emisoras y programas, cuesta desarraigarlas, es como un hábito y por eso las tienen grabadas en la memoria del auto. La radio se asemeja a tu personalidad. Siempre puede aparecer un programa o propuesta que produzca un gran impacto, pero lo más común es que los movimientos sean lentos". De hecho, en torno a varios programas se estructuran comunidades muy activas que responden e interactúan disciplinadamente con sus conductores, como por ejemplo los "Chuchis", fanaticada del espacio Esto no es Plaza Italia, de la radio Oasis, o "Los magníficos", del programa del mismo nombre en Radioactiva.
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Julio Stark (Corazón), Eduardo "Pape" Mendoza (Radioactiva) y Raul Muñoz (Carolina).[/caption]
Pero la fidelidad es una relación que se construye desde ambos lados. "En Duna nosotros estamos súper seteados con respecto a quién nos está escuchando. Parte de nuestra misión es nunca traicionar a nuestro público y saber a quién le estás hablando para escoger los temas y cómo te bajas", explica Cony Stipicic, una radio que con un enfoque puesto en la conversación sobre la actualidad, la opinión y el análisis, es una de las que, según Ipsos, lideraron en la audiencia en el segmento ABC1 en el horario de la mañana entre octubre y enero.
Eso no significa que los programas se mantengan estáticos, sino que tienen que ir haciendo un esfuerzo por ir adaptándose a los cambios de esas mismas audiencias. Iván Valenzuela, por ejemplo, cree que la llegada de los programas con más opinión es una tendencia que no tiene vuelta atrás. "Cada vez más nos acercamos hacia la tertulia española", dice aludiendo a los programas en los que distintos panelistas se sientan a discutir. En Mesa Central, a lo largo de la mañana van entrando distintos panelistas que llegan a profundizar en las noticias que están marcando la agenda. "Creo que este programa tiene que ser como un botiquín, tener todo lo que uno necesita el día en términos de información; pero también debe permitirles a las personas integrarse a una conversación interesante con puntos de vista originales sobre los principales temas de la agenda", dice Valenzuela.
Noticia, noticia, noticia. Así se puede definir la postura del icónico Sergio Campos. "Cuando volvió la democracia, muchos pronosticaron que Cooperativa se iba a ir al hoyo, pero no desapareció y ha mantenido el prestigio y el caudal de audiencia incorporando a nuevos auditores que eran chicos en esa época, porque saben que en esta radio encontrarán información seria, veraz y una buena representación de la realidad", dice, y de paso deja escapar una queja contra su gremio. "Yo he sido el rostro del trabajo de un equipo y no me creo el cuento de que soy la estrella. No creo que el periodista deba ser protagonista de la noticia y me niego a practicar la vanidad exhibicionista que se ve hoy en día en el área".
En Corazón transmiten en otra frecuencia. "Nosotros no nos ponemos graves con las noticias", explica Julio Stark, quien junto a Claudio "Alegría" Orellana quieren levantarle el ánimo a la gente y para eso a las seis 20 de la mañana ya tienen a la audiencia bailando "La Macarena" -"música que tira para arriba, para que los niños vayan cantando en el furgón escolar", dice- y sus diálogos van acompañados de mucha risa envasada y fanfarrias. "Obviamente, cuando hay una emergencia nos involucramos, pero nuestro programa se llama Levantando Chilenos, no puedo llegar aburrido, contando dramas y haciendo llorar. ¡No queremos acostarlos, sino que sacarlos de sus casas!".
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Tomás Mosciatti (Bío-Bío), Cony Stipicic (Duna) y Patricio Fernández (Zero).[/caption]
Enojados, enojados
Apurados, estresados, agobiados, son algunos de los adjetivos que usan los conductores para describir al público de la mañana. Marco Silva ahonda más. Hace un año que junto a Marcelo Comparini reeditaron su dupla de los 90 y crearon en Oasis Esto no es Plaza Italia, programa que, de siete a nueve de la mañana, combina el comentario de actualidad con humor. Les fue lo suficientemente bien como para que seis meses después les pidieran tomar también el horario de las seis a las siete y media de la tarde. Uno de sus fuertes es que les va muy bien con las redes sociales y consiguen ser trending topic muchas mañanas. "Sabemos que la gente que nos escucha directamente en la radio es nuestro principal negocio, pero también tratamos de que las personas puedan acercarse a esta conversación de maneras distintas. Es eso que algunos técnicos llaman transmedialidad", dice, y se refiere a la posibilidad que existe hoy de entregar distintos segmentos del programa, interactuar e incluso crear contenidos asociados a través de diferentes plataformas en distintos momentos. "El año pasado, por ejemplo, hicimos 100 canciones de chistes y la gente las escuchaba 10 veces más que en el programa donde las tocamos una sola vez".
Silva explica que en el programa matutino la idea es, justamente, combatir con humor la nube negra de la mañana, para que la gente llegue a trabajar riéndose. "Es que este país se puso un poco grave en algún momento, se volvió un lugar en que todo se ve terrible y malo, y claro, es verdad que es acontecido y pasa una tragedia tras otra, pero también perdemos el humor que es una herramienta crítica y de equilibrio y aparecen los tontos graves. Nosotros queríamos un programa que informara, pero que a la vez se pudiera reír de eso", explica.
El malestar y el discurso de la frustración es algo que también percibe Angélica Guerrero en los llamados que recibe frecuentemente en radio Pudahuel. "A veces cuando llaman hablan rápido, con rabia, pocos garabatos, siempre con respeto, pero se sienten decepcionados de la clase política, tienen esa sensación de desesperanza".
Sergio Campos cree que el problema es que estamos estresados, mal alimentados y dejamos todo para el final: "Aquí el concepto clave es la calidad de vida y eso se está deteriorando. En 10 años más las calles van a ser las mismas, pero con un 30 por ciento más de vehículos y los problemas van a ser más agudos". Un diagnóstico malo para casi todos, salvo quizás para la radio y los programas de la hora del taco.