A comienzos de agosto el Presidente de Google, Eric Schimdt, abandonó su puesto como consejero delegado de Apple. El ejecutivo había ocupado ese cargo en la compañía de la manzana desde 2006, pero una vez que Steve Jobs se recuperó del cáncer que lo aquejaba y regresó a tomar las riendas de la compañía, el "matrimonio" entre Google y Apple finalizó abruptamente.

¿La razón? Conflicto de intereses, señaló el propio mandamás de Apple en un comunicado. Google había estado metiendo sus narices en dos áreas de negocio clave para Apple. Primero con Chrome, el navegador para internet que rivaliza con Safari, y luego con su sistema operativo para celulares, Android, que compite directamente con el iPhone de Apple. Pero la gota que rebasó el vaso fue otra: una aplicación llamada Google Voice, que amenaza con cambiar las reglas del juego en la telefonía: permite realizar llamadas de voz y enviar mensajes de textos gratis, como Skype, a la vez que genera un número único para concentrar todas las llamadas que se reciben, sean éstas a celular o teléfono fijo.

LA ESTRATEGIA GOOGLE
Para entender la amenaza que esta aplicación representa para el "orden establecido", basta ver lo que hizo Apple cuando Google quiso lanzar Voice como aplicación para el iPhone. Tras seis semanas de estudio, simplemente la vetó, pese a que había sido aprobada previamente por el ejecutivo que reemplazó a Jobs mientras estuvo enfermo. 

Según Apple, el veto se debió a que Voice duplica características ya presentes en el iPhone. Pero muchos creen que en realidad la compañía de Jobs recibió presiones de su socio en la comercialización del iPhone, AT&T, operadora que no ve con buenos ojos  masificar el servicio de Google.

Es que todo forma parte de un extenso plan del buscador para introducirse en el mercado de la telefonía. Partió con el desarrollo del sistema operativo Android y siguió hace dos años con la compra de la compañía de telefonía por internet Grand Central, que fue la base para crear Google Voice. Fiel al estilo del buscador, el sistema busca posicionarse como el centro desde el cual el usuario administre todas sus llamadas telefónicas.

NÚMERO ÚNICO
La idea es tener un número único que reciba las llamadas que lleguen a todos los demás teléfonos que tengamos, sean fijos, celulares, líneas de trabajo o el número de Skype. El número siempre será el mismo y los usuarios tendrán la opción de decidir cuál queremos que suene en un momento dado, si el celular, el teléfono fijo de casa o el del trabajo. Incluso si la persona está de paso en otra ciudad, usando otro teléfono, puede hacer que las llamadas a su número Google se dirijan a ese número transitorio.

Todo se manejará de manera sencilla desde una página web. Otra  novedad es que el número único se gestiona con un sistema de voz vía web (VoIP), como hace Skype. La diferencia con el pionero de las llamadas de voz por internet es que con Google Voice se podrá llamar gratis a un número de teléfono local (Skype sólo es gratis para llamadas entre PC). Para llamadas internacionales, se ofrecerán tarifas mucho más económicas.

La otra gran ventaja son las transcripciones. Será como tener una secretaria trabajando las 24 horas para convertir a texto todos los mensajes de voz que quedan grabados en el teléfono cuando no se pueda o no se alcance a contestar. Por el contrario, si se recibe un mensaje de texto, Voice lo transformará a un mensaje de voz que será enviado como archivo de audio al teléfono o al PC del usuario.
Otra característica es que los mensajes de voz podrán manejarse como las antiguas contestadoras telefónicas que permitían escuchar el mensaje mientras está siendo grabado. Todo será programable y el usuario podrá decidir si quiere dejar de recibir llamadas a ciertas horas del día.

¿La meta final de Google? Cuando alguien le pregunte su número de teléfono nunca más tendrá que dar su celular,  el número fijo o el de la oficina para que lo ubiquen. Sólo tendrá que dar su número Google. Por ahora, el servicio funciona a base de invitaciones en EE.UU. y Canadá, pero pronto se abrirá internacionalmente.