Volkswagen se declaró culpable en el escándalo de emisiones en Estados Unidos y acordó pagar US$ 4.300 millones para resolver las investigaciones criminales y civiles que se estaban desarrollando en dicho país luego de que estallara el caso en septiembre de 2015. Por su parte, los fiscales acusaron a siete personas, de las cuales cinco están radicadas en Alemania.

La automotriz reconoció haber usado declaraciones falsas para importar vehículos a EE.UU. y haber obstruido las investigaciones de las autoridades.

Según documentos presentados en Detroit, VW desembolsará US$ 1.500 millones en una sanción civil y US$ 2.800 millones en una pena criminal. De acuerdo a Reuters, las multas habrían sido más altas si es que la firma no hubiese pactado gastar un estimado de US$ 11 mil millones para solucionar el problema de los automóviles con el software manipulado.

"Volkswagen lamenta profundamente el comportamiento que dio origen a la crisis de diesel", aseguró en un comunicado Matthias Müller, director ejecutivo de la empresa. "Continuaremos avanzando con los cambios a nuestra forma de pensar y trabajar", citó Bloomberg.

La compañía aún enfrenta demandas de inversionistas en ambos países.