Levantarnos temprano para constituir mesas, hacer largas filas bajo el sol para ir a ejercer nuestro deber cívico o problemas con el conteo de votos podrían ser evitables en un futuro, si en algún momento se habilita como ya ocurre en otros países, el voto electrónico.

En la actualidad, el sistema que hoy se utiliza en Chile asocia varios problemas: no sólo con lo ocurrido con los conocidos errores en el padrón electoral, sino con la gran abstención en este tipo de procesos, que llegaría a un 40% según las proyecciones para este domingo, y que en los comicios presidenciales de 2013 alcanzó un 58%.

Aún así, el caso chileno no es único y en el extranjero también hay experiencias similares. En Dinamarca y Suecia los niveles de abstención van de un 65% a un 80%; y en países como Italia, Francia, Portugal y España, con realidades similares a Chile en términos de partidos, la participación ronda el 65%.

Es por ello que muchos apuntan al voto electrónico como una posible solución, si es que se cumplen algunas condiciones. Y ya hay quienes quieren dar el primer paso.

La UDI, por ejemplo, tiene planeado realizar el trámite de votaciones a través de votaciones electrónicas (incluso puede ser con celulares) para el domingo 4 de diciembre, fecha en que el partido elegirá a su nueva directiva, por lo que ya se han sostenido reuniones con empresas proveedoras de este servicio. Las razones tienen que ver con que este proceso resulta más económico que tener que comprar urnas, imprimir papeletas y habilitar locales de votación.

Otra iniciativa, aunque en un tono distinto, fue la del Centro de Alumnos de Ingeniería UC, que creó un sistema de voto electrónico para las elecciones de esta semana.

"El voto electrónico no sólo permite aumentar la privacidad, seguridad y rapidez de las elecciones, sino que además termina con los votos objetados. Esto fortalece la representatividad de quienes resultan elegidos", destacó Gabriel Ulloa, uno de los futuros ingenieros UC que lideró el proyecto.

Según Ulloa el sistema es presencial, para evitar las distorsiones que puede generar la opción de un proceso a distancia. Esto significa que hay mesas de vocales y de votación con dispositivos electrónicos habilitados especialmente para sufragar.

"Los estudiantes sólo deben identificarse al llegar y luego votan de manera secreta por la lista de sus representantes. Toda esta información es cifrada en servidores destinados para esta elección, con el propósito de evitar riesgos de hackeo", precisó Ulloa.

Sobre el conteo de los votos, una vez finalizado el proceso, los creadores del sistema electrónico explican que este se realiza de manera pública y online, por medio de un software que grafica de manera rápida y sencilla los resultados de la elección.

"Quizás si hubiese existido el voto electrónico en las próximas elecciones municipales, las personas afectadas por los cambios de domicilios podrían haber sufragado en cualquier centro electoral del país, porque toda la información de los candidatos de sus comunas habría estado en línea", sentenció Gabriel Ulloa.

Además, la semana pasada y tras una reunión con el ministro del Interior, el diputado PPD Ramón Farías señaló que luego de las elecciones municipales existía la posibilidad de crear una mesa de trabajo para discutir la implementación del voto electrónico, con miras a las Presidenciales de 2017.

¿En qué consiste?

Luis Zanón, Director Internacional de Tecnocom, indica que "básicamente se sustituyen los medios físicos tradicionales de sufragio (comprobación de censo, urna física, recuento, etc.), por medios telemáticos (censo electrónico, autenticación de votantes, voto electrónico, escrutinio automatizado, etc.), aunque se suele referir exclusivamente al hecho de autenticación del votante de modo telemático y de ejercer el voto electrónicamente".

Sobre la seguridad de estas plataformas, Zanón señala que "estas tecnologías aplican procesos de seguridad electrónica de extremo a extremo, por tanto son sistemas totalmente seguros. Para efectuar el voto, te tienes que autenticar con un certificado digital y firmar electrónicamente el voto, aunque después en el voto se elimina el rastro de la persona para mantener el anonimato. El almacenaje del voto en la urna se hace de manera cifrada, igual que el canal por el que viaja el voto (en caso de ser por Internet) se cifra.

En cuanto a los sistemas de voto, Luis Zanón explica que en la actualidad existen dos modalidades: voto por Internet, que permite votar remotamente desde un equipo portátil o PC; o urna electrónica, siendo el más habitual, donde el voto se produce en el colegio electoral pero de manera electrónica.

Por el lado de sus ventajas y desventajas, el ejecutivo indica que ofrecen rapidez, seguridad, posibilidad de ejercer el voto en forma remota, eficiencia y ahorro de costos; aunque por el contrario sus desventajas tienen que ver con la barrera que a veces supone el uso de las nuevas tecnologías, así como en muchos casos por los cambios normativas que hay que promover para ejercerlas.

José Orlandini, Gerente de Servicios de la empresa Sonda, coincide con este último punto agregando que además, se podrán evitar problemas como lo sucedido con el padrón electoral, al mismo tiempó que "entregaría más legitimidad y ayudaría a aumentar los niveles de participación, incluyendo a quienes se encuentra en el extranjero".

El ejecutivo agrega que lo primero es definir los criterios respecto a la conveniencia de este modelo de votación, afirmando que incluso existen modelos equipados con identificación biométrica (huellas dactilares), con un porcentaje de error bajo, relacionado generalmente a pequeñas heridas o la edad del votante. En estos casos, la identificación facial es complementaria.

Sobre sus desventajas, Orlandini apunta a los costos, que tienen que ser asumidos por un organismo, así como su mantención, ya que los equipos tienen un costo de entre 500 a 2 mil dólares ($325.000 a $1.300.000) por cada uno dependiendo del grado de tecnología. También señala que el sistema actual "es aún más riesgoso", y que la seguridad es un tema resuelto y lo compara con la banca en línea.

El experto además, apunta como una de las trabas para que esta tecnología pueda implementarse en un futuro, a lo conservador del sistema actual, así como razones de índole cultural.

¿Puede implementarse en Chile en 2017?

No, según el cientista político y académico de la Universidad de Santiago, René Jara, quien sostiene que el error en los padrones electorales hacen inviable implementar el voto electrónico en las presidenciales de 2017, y que lo primero es actualizar la base de datos.

"Estamos pagando los platos rotos de un documento electoral que no se actualizó durante estos últimos veinte años", critica.

El especialista en tecnologías aplicadas al voto proyecta que el sufragio electrónico se implemente recién en las Elecciones Municipales de 2020. "Implementarlo en las presidenciales el próximo año es absurdo, me parecería que se está improvisando", sostiene.

El académico afirma que, actualmente, no están dadas las condiciones para esta modernización. Fundamentalmente, por el escándalo en el padrón electoral que desató la polémica esta semana, al conocerse los cambios inconsultos en el domicilio electoral de más de 460 mil electores.

"Lo primero es tener bases de datos que sean confiables, en el sentido, por ejemplo, de eliminar los difuntos. Eso es grave e implica un esfuerzo del Registro Civil, porque se supone que ellos manejan el dato de quiénes están vivos y quiénes no", sostiene.

"Lo que podría ayudar a la actualización virtuosa del tema electoral puede ser el voto electrónico, pero para ello hay que tener bases de datos unitarias, y lo que revela el último problema entre el Registro Civil y el Servicio Electoral es que, justamente, estas dos bases compartidas no son tales, y la información con que contamos no es de buena calidad", insiste.

El académico indica que la implementación del voto electrónico debe ser paulatino y en un contexto de normalidad. "No hay panaceas en este tema. No es que porque se implementen las máquinas de votos, se va a solucionar el problema de la participación y la actualización de las bases de datos del padrón electoral", enfatiza.

Con todo, indica que lo deseable es que el voto electrónico se implemente "para la próxima elección local, es decir, las Elecciones Municipales de 2020", para hacer más expedito el acto de sufragar y evitar, por ejemplo, la complejidad de doblar extensos papeles de votación con decenas de candidatos. No obstante, advierte que el Servel no cuenta actualmente con la capacidad necesaria para impulsarlo.

El especialista descarta el riesgo de que las votaciones sean 'hackeadas'. "Así como surgen las tecnologías, surgen las vacunas. El tema del voto electrónico tiene que asegurarlo una empresa que esté suficientemente validada", señala. Además, "cuando hablamos de máquinas de votación, son circuitos relativamente cerrados, que tienen una serie de resguardos. Para mí, el tema tecnológico ya está resuelto, no hay problema en eso", agrega.

La experiencia internacional

Hasta hoy, sólo siete países han implementado el voto electrónico: Bélgica, Estonia, Brasil, EE.UU., Venezuela, India y Filipinas. Otros 19 países (España, Francia, Noruega, Rusia, Suiza, Nambia, Argentina, Canadá, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, Emiratos Árabes Unidos, Japón, Kazajistán y Australia) estudian implementarlo, y cinco países lo probaron, pero prohibieron su implementación por factores técnicos y de costo (Reino Unido, Irlanda, Holanda, Finlandia y Alemania).

En ellos, la experiencia ha ido de menos a más. India lo implementó en 1989 y recién en 2003 se llegó al 100% de votos emitidos electrónicamente, incluyendo un sistema Braille, mientras que en Filipinas se instauró sin mayores problemas en 2007.

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En EE.UU en tanto, los primeros indicios son de 1892 con un rudimentario sistema de palancas, que ya en 1960 alcanzó a la mitad de la población. Ya en 1980 convivían cinco sistemas de votación: máquinas de palanca, tarjetas perforadas, papeletas de votación con y sin escaneo óptico y máquinas de grabación electrónica directa. En 2012, las máquinas electrónicas llegaron a un 39% y un 56% utilizó papeletas con y sin sistema de escaneo óptico, aunque se encontraron varios problemas técnicos que levantaron algunas sospechas. Ciudadanos estadounidenses en el extranjero lo hicieron vía internet.