En 1985, el dramaturgo y director Ramón Griffero estrenó en la sala El Trolley -considerada el epicentro del movimiento artístico de la época- la obra "Cinema Utoppia", un montaje de resistencia política que, al poco andar, se transformó en un fenómeno para el teatro latinoamericano y, de paso, consolidó a su creador como una de las figuras más importantes de la escena local.
El montaje marcó un hito en la década del ochenta al enfrentarse a la dictadura y sentar las bases para la construcción de una escritura y puesta en escena contemporánea en Chile, por un lado; e inaugurar la posmodernidad escénica en el contexto latinoamericano, por otro.
Hoy, a 25 años de su debut, "Cinema Utoppia" vuelve a las tablas en versión 2010, con un nuevo elenco, en el marco del festival Santiago a Mil. La vigencia de la obra, según su autor, es indiscutible: "El montaje regresa para reafirmar el sentido del arte, la resistencia frente a una cultura de mercado y la necesidad de los sentidos de vida y espiritualidad", asegura Ramón Griffero.
La obra nos presenta a un grupo de excéntricos espectadores que en 1940 asiste al Teatro Valencia a ver la película futurista "Utoppia", que transcurre en un ambiente ochentero y marginal. Una cinta que, a fin de cuentas, retrata el futuro de su propio país, donde el exilio, los detenidos desaparecidos, la sexualidad y un sinnúmero de emociones reflejan el espíritu de una época.
A través de este doble juego, en dos dimensiones -lo que ocurre en la película y en la mencionada platea-, "Cinema-Utoppia" se convierte en la primera obra teatral latinoamericana propiamente posmoderna, interpelando la curiosidad del público en una serie de acciones paralelas: las del propio montaje y las de ese "otro" montaje que se desarrolla en su interior como parte de la trama.
"Cinema-Utoppia muestra espectadores aislados en sus propios sueños, buscando refugio en una sala de cine como lugar de encuentro, un espacio donde poder trasmitir sus felicidades y generar sus amores utópicos, aferrados a sus animales. Nostalgia, alegría y tragedia hacen del Teatro Valencia una metáfora del recorrido de estas existencias", señala su director.
Este montaje obtuvo el Premio de la Crítica , el Premio Municipal de Literatura, y el Premio Consejo Nacional del Libro. Además, fue editada en 1992 por Neptuno Editores, por Casa de las Américas (Cuba) y Revista Conjunto (1994). Asimismo, fue seleccionada como parte de la Antología del Teatro Chileno Contemporáneo, del Fondo de Cultura Económica en 1992 (México); y seleccionada por La Loggia Italia (1999) como obra destacada de la década. Ha sido traducida al alemán, italiano, inglés, francés y portugués; y representada en varios países de occidente.