erca de un mes antes de que se votara la ley de aborto en sus tres causales, el senador DC Ignacio Walker empezó a notar un movimiento extraño frente a su edificio en Vitacura. Durante estas últimas semanas, cada día, a las 8 de la noche, un grupo de entre cinco y siete personas montaba una pequeña velatón frente a su casa. Rosarios en mano, oraban por unos 45 minutos y se iban para volver al día siguiente, exactamente a la misma hora.
"Estaban ahí rezando por la conversión de mi alma", dice Walker, sentado en el comedor de su departamento.
Hace tres días se animó y se acercó a ellos, pero como estaban rezando el rosario, lo ignoraron. Walker se empezó a retirar, aclarando que quería saludar en plan amistoso. Finalmente, conversó con alguien que se descolgó del grupo, quien le clarificó el propósito de la velatón: rezar por su alma para que encauzara su voto en la votación de esta semana en el Senado. "Yo los respeto y los entiendo, están contrariados", dice Walker. "Que recen por uno tampoco es tan terrible".
Las oraciones, en ese sentido, no encauzaron a Walker, un católico practicante, en la dirección que ellos esperaban.
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Es jueves en la noche y la noticia de que la norma en caso de que una menor de 14 años quede embarazada a causa de una violación haya pasado a comisión mixta en la Cámara de Diputados está fresca. Faltó un voto para evitar ese desenlace y muchos apuntaron a la abstención del diputado de la colectividad de Walker, Marcelo Chávez. "Todos sabían cómo pensaba Chávez", dice Walker, mientras se saca fotos y tararea algo de Violeta Parra. "Lo que no entiendo es lo de los diputados radicales. Eso sí, se aprobó el cuerpo central del proyecto, incluidas las tres causales. Solo se cayó una norma, que requería de quórum sobre una resolución judicial sustitutiva, así que no hay que dramatizar, porque esto se va a zanjar después de la semana distrital".
El plazo del que habla Walker es de dos semanas.
Después de una votación como la de las tres causales y la necesidad de ir a comisión mixta debe haber mucho desgaste. Su propio hermano Patricio votó principalmente en contra. ¿Quedaron muchos dañados en la DC?
Los únicos dañados son las mujeres dañadas. Las mujeres dañadas que han sido violadas y que han quedado embarazadas a raíz de esa violación. Las mujeres violadas que han puesto en riesgo su propia vida. Las mujeres dañadas que llevan en su vientre un feto inviable. Ese es el verdadero daño. Este proyecto yo se lo dedico a esas mujeres dañadas.
La dedicación de Walker a las mujeres puede tener que ver con haber vivido el tema más cerca de lo que le gustaría. Estando en Escocia, su hija Elisa, quien estaba ahí haciendo estudios de posgrado junto a su marido, tuvo un embarazo inviable. Lo que una primera ecografía lanzó como un posible síndrome de Down, exámenes posteriores terminaron por arrojar que el bebé tenía el síndrome de Edwards, lo que significaba que su guagua era inviable: o moriría durante el embarazo o algunas horas después del parto. Aunque en Escocia el aborto es legal, Elisa Walker decidió continuar con su embarazo, seguir el proceso natural, hasta que Angela, el nombre de su bebé, murió en el sexto mes de embarazo. En una entrevista al suplemento El Semanal, de La Tercera, en 2012, Elisa Walker recalcó que su camino no era el único a seguir, que solamente fue el que ella eligió. "Es importante que la sociedad reconozca ese dilema moral, pues tiene que respetar a la mujer que lo está viviendo y su dolor".
Años más tarde, Elisa Walker se convirtió en asesora del Sernam en estas materias. Muchas veces le tocó visitar el Congreso en el proceso de discusión del proyecto de aborto en sus tres causales.
Walker recuerda que fue entre 2009 y 2010 cuando su hija vivió la experiencia del embarazo inviable. Su señora, la cantante Cecilia Echenique, pudo viajar a acompañarla. El no. "Yo estaba en plena campaña electoral, esa es la vida del político: no hay tiempo ni para las situaciones personales o familiares como esa, pero no me quejo". Y recuerda que en 2001 murieron su padre, su suegro, su cuñado y perdió una elección. "Son situaciones que uno tiene que afrontar y el dolor y la procesión uno los lleva por dentro", remarca.
"La experiencia de mi hija solo me hace admirarla", dice Walker sobre Elisa. "Su decisión de mantener su embarazo fue preciosa y lo hizo por su voluntad. Esa es una tremenda lección. Ella tomó una decisión, junto con su marido, libre y voluntariamente, en un país como Escocia, donde es permitido el aborto".
¿Sintió cierto alivio como padre de que el embarazo de su hija haya ocurrido en Escocia, donde ella podía elegir si seguir con su gestación o no?
Ella así lo dijo hace unos años en este mismo diario. Para ella lo más importante era haber tenido la opción de elegir. A nosotros nos tocó acompañarla en ese proceso.
Gonzalo Rojas escribió una columna en El Mercurio en la previa de esta votación por las tres causales, en la que planteaba que usted debería inhabilitarse de votar, porque su hija Elisa es asesora en el Ministerio de la Mujer y una de las promotoras del proyecto...
Esa es una columna respetuosa en la forma, pero irrespetuosa en el fondo, porque plantear un conflicto de interés por el hecho de que mi hija es asesora del Ejecutivo en el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género y yo, junto con ser legislador soy su padre, y por lo tanto tengo que inhabilitarme por un eventual conflicto de interés, yo creo que eso es no entender lo que es el valor absoluto de la persona humana. Ella es ella. Yo soy yo. La amo por sobre todas las cosas del mundo, pero en este rol, evidentemente que no hay conflicto de interés. Yo no estoy legislando para mi hija, no solo como asesora, sino que por la situación que ella misma ha vivido. Yo estoy pensando en el bien común. Es absurdo plantear la posibilidad de un conflicto de interés que me llevase a inhabilitarme respecto de un proyecto en el que priman las convicciones propias.
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"En temas valóricos no puede haber órdenes de partido", dice Walker. El sino de la DC, el estar muchas veces en el fuego cruzado entre izquierda y derecha, esa mesura que muchos de lado y lado miran con desdén e incluso cierto desprecio, Walker lo ve como un motivo de orgullo. Incluso, como otra oportunidad para influir. "Somos un partido que no actúa como ganado marcado en el lomo", dice, ocupando una expresión de Radomiro Tomic en una junta nacional DC en Punta de Tralca hace 35 años. "Se podrá decir cualquier cosa de nosotros, pero no que actuamos como ganado marcado en el lomo", repite.
Esa tensión permanente en temas valóricos se vio reflejada en el proyecto de matrimonio civil que pasó a ser conocida como ley de divorcio. Fue Walker junto a Mariana Aylwin quien diseñó esa ley estando en la Cámara de Diputados a mediados de los 90. "Había que poner fin al fraude y la hipocresía de las nulidades matrimoniales, donde el juez mentía, los testigos mentían y los cónyuges mentían".
Walker recuerda que eran 38 diputados DC al momento de votar la ley de divorcio y que estaban divididos en tres tercios. Uno a favor, uno en contra y el otro indeciso. "Y pudimos sobrevivir perfectamente", dice. "Me siento orgulloso de pertenecer a un partido donde se respetan las convicciones de cada cual y donde no hay órdenes de partido. Si sobrevivimos a la ley de divorcio, perfectamente vamos a poder sobrevivir a esta votación del aborto en sus tres causales. Yo prefiero este tipo de partido a un voto en bloque, como en la derecha, o un voto en bloque, como en la izquierda".
A pesar de reconocerse profundamente católico, el registro de Walker en las votaciones de los proyectos valóricos importantes de los últimos 25 años siempre se terminó inclinado hacia el voto más progresista. Lo que empezó con la ley de divorcio, continuó con la ley de filiación, que daba el mismo estatus legal a los considerados hasta ese momento como hijos ilegítimos. Es decir, hijos nacidos fuera del matrimonio. Ahí, Walker no solo votó a favor, sino que también fue diputado informante del proyecto por dos años. De ese debate, Walker recuerda: "En medio de la discusión llegó un alto directivo de la Universidad Católica a la Cámara y preguntó: '¿Para qué nos vamos a casar? Si los hijos van a ser todos iguales'". Walker dice que respondió que no se casó para tener hijos legítimos.
Ultimamente, además de votar a favor de las tres causales de aborto, también votó a favor del Acuerdo de Unión Civil, ley que termina entregando un marco legal a parejas homosexuales y heterosexuales que conviven.
A pesar de su registro en este tipo de votaciones, usted es percibido como un político conservador, que se ubica a la derecha de la DC…
La caricatura entre ser conservador o ser liberal me tiene absolutamente sin cuidado. Es muy difícil clasificar a la DC en esos parámetros, al igual que es difícil de clasificar en parámetros de izquierda o derecha. Yo, en estos casos valóricos, no voté como liberal, vote como democratacristiano. Yo no soy un liberal. Y bueno, tampoco soy un conservador.
Walker dice que este tipo de episodios han marcado permanentemente la historia de la DC, que Frei Montalva fue duramente criticado por introducir la planificación familiar en Chile. Los métodos anticonceptivos masivamente usados hoy. Y agrega: "Además, cuando Frei Montalva aprueba el Código Sanitario el año 67, ratifica la ley que venía del año 31 que decía 'solo con fines terapéuticos podrá interrumpirse el embarazo. Ese fue Frei Montalva, hace 50 años. Este tema es nuevo de puro viejo".
Walker dice que quiere escribir sobre fe y política: cómo un político católico enfrenta estos llamados valóricos en los que permanentemente ha votado en contra de la posición mayoritaria de la Iglesia. Walker dice sobre esto: "No basta con enunciar los documentos del magisterio. De lo contrario, cada legislador católico llamaría al cura párroco o al obispo. Eso es puro clericalismo, la negación de toda la doctrina católica. Venimos saliendo de la inquisición, de la Iglesia castigadora, pero también deberíamos salir del Estado castigador".
¿Siente a la DC como el jamón del sándwich en estos temas? ¿Entre izquierda y derecha, entre Iglesia y discernimiento propio?
No sé si somos el jamón del sándwich, pero evidentemente que podemos inclinar la balanza, lo que significa que la DC es un partido influyente. Y eso es la política. Influir.
¿Por qué cuesta tanto pasar este tipo de leyes? Hay encuestas en que el aborto en sus tres causales se apoya en un 70%, pero en el Congreso estos temas tienden a ser mucho más divididos que en la misma ciudadanía.
Yo miro estas encuestas con una cierta distancia. A fines de los 90, cuando voté a favor de poner fin a la pena de muerte, todas las encuestas marcaban que la gente estaba a favor de imponer la pena de muerte frente a crímenes atroces. Yo voté contra la opinión pública, porque hay un principio que defender, que es el derecho a la vida. Eso cada uno tiene que ver qué grado de consistencia tiene, porque si hablamos del derecho a la vida tendríamos también que preguntarnos por los tres mil asesinatos en la dictadura, ¿no? ¿Y quienes levantan legítimamente su voz para defender el derecho a la vida no fueron cómplices pasivos, en palabras de Sebastián Piñera? Yo creo que muchos de ellos fueron cómplices activos. Aunque yo no soy juez de ellos, sí tengo derecho a exigir coherencia. Que los que hoy defienden el derecho a la vida, por qué callaron ante el más atroz atentado al derecho a la vida en la historia de Chile, que fue una dictadura de 17 años, que practicó terrorismo de Estado y que asesinó a mansalva a más de tres mil personas. Esta es mi versión. Yo no quiero pontificar ante nadie. Yo respondo por mí mismo y por mi conciencia.
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La tramitación del proyecto de aborto en sus tres causales ha durado dos años y medio y se ha discutido por más de un año en el Senado. Walker dice que leyó todo lo que había que leer y asistió a casi todas las comisiones de Salud, que no siempre pensó igual en estos temas, a pesar de que defiende el derecho a la vida desde la concepción misma hasta la muerte natural. Y subraya: "Si este proyecto hubiese consistido en legalizar el aborto, yo hubiese votado en contra. Y creo que la inmensa mayoría de los parlamentarios democratacristianos, porque los conozco, habrían votado en contra. Es más, de aprobarse esta ley, va a seguir siendo delito en Chile el aborto".
¿En estos dos años y medio de discusión, su conciencia fluctuó?
Por supuesto que sí. Yo tuve muchas dudas. En muchos momentos tuve más interrogantes que respuestas. De hecho, todavía las tengo. Inicialmente, yo era partidario de la indicación del senador Zaldívar que, de hecho, fue un proyecto de ley que presentamos juntos con otros dos senadores de la DC en 2011. Al final, me pareció más razonable la redacción del proyecto que venía de las comisiones de Constitución, de Salud y de Hacienda, que fue finalmente lo que aprobamos. Ahí hubo una evolución, no una contradicción. En el tema de la violación, yo en algún momento pensé en no aplicar la pena, pero que hubiera un juicio penal, incluso con la posibilidad de que fuera condenatorio. Pero al final, yo me hice la pregunta en mi intervención en el Senado: una mujer que ha sido violada y que ha quedado embarazada y que recurrió a un aborto clandestino, ¿además la vamos a transformar en delincuente? Humanamente, yo preferí que esa decisión fuese de la propia mujer.
Se habló mucho de que la causal de violación podía transformarse en un subterfugio para un aborto más libre.
Lean el texto de la ley. La ley impone la necesidad de un equipo de salud que va a abordar esta situación para determinar si la mujer presenta rasgos o características de haber sido violada. Hay mucha reglamentación. El equipo de salud, las semanas de gestación, porque esto es hasta las 12 semanas y las 14 semanas en niñas menores de 14 años. El 88% de los embarazos producto de violación son en mujeres menores de 18 años. En muchos casos fueron niñas abusadas desde los siete años y que cuando les llegó la regla quedaron embarazadas. Esto es bien curioso. En la bancada de la derecha, todo el argumento siempre fue el estatuto del feto, que yo no niego que sea importante. En la bancada de la izquierda todo el argumento, en todo momento, fue los derechos de la mujer. En cambio, en mi caso, y en la mayoría de los parlamentarios DC, lo que hicimos fue, más que elegir entre la dignidad del feto y la de la mujer, ponderar en conjunto ambos valores jurídicos, ambos bienes humanos. Mi conclusión final es que en estos casos límites, que son dramáticos, hay que reconocer un espacio de discernimiento de la mujer. De eso estamos hablando.
Su hermano Patricio votó en contra del proyecto. ¿Qué conversaron estos días?
Esta es una familia muy democrática, somos nueve hermanos. Así como no hay órdenes de partido, al final lo que prima es la conciencia de cada persona y de cada legislador y de cada mujer. Los tres hermanos votamos de manera diferente. Patricio votó en contra de la idea de legislar. Matías y yo votamos a favor. Ellos dos votaron a favor contra las causales de inviabilidad fetal y violación. Yo voté a favor de las tres causales. Esto demuestra que cada uno tiene su propia conciencia.
Hubo opiniones de que esto afectaría la candidatura de Carolina Goic, en el sentido de no poder alinear el partido hacia un lado u otro...
Esto ratifica lo que ha dicho Carolina Goic en varias oportunidades, de que su candidatura, que es también nuestra candidatura, es desde las convicciones y no desde el cálculo electoral. Yo no sé cuántos votos ganamos, cuántos perdemos. No me importa. Ni en lo personal ni en lo colectivo. Esto legitima aún más la candidatura de Carolina Goic.
Son las ocho y tanto de la noche en Vitacura. Es justo la hora de la velatón frente a la casa de Ignacio Walker. El senador se asoma a ver si el grupo que quería convertir su alma sigue instalándose afuera. Pero no. No hay rosarios, ni velas, ni gente rezando.
Ya no hay nada que revertir.