El gobierno de Estados Unidos designó  al embajador Jeffrey DeLaurentis como nuevo jefe de la misión diplomática en La Habana, Cuba, informó este miércoles a la AFP una fuente del Departamento de  Estado.

"El embajador DeLaurentis, un miembro de carrera del Servicio Exterior, servirá como nuevo Funcionario Principal en la Sección de Intereses de Estados  Unidos en La Habana", informó una portavoz consultada por la AFP.

Estados Unidos y Cuba rompieron relaciones diplomáticas en 1961 y desde entonces no mantienen embajadas recíprocas sino Oficinas de Intereses que  funcionan bajo protección legal de la Embajada Suiza en ambos países.

En La Habana, DeLaurentis sustituirá al diplomático John Caulfield, quien finaliza su misión en julio, de acuerdo con el Departamento de Estado. 

En la actualidad, DeLaurentis se desempeña como Representante Alterno de Estados Unidos para Asuntos Políticos ante la ONU, en Nueva York.

En su carrera diplomática, DeLaurentis ya actuó en la Sección de Intereses en La Habana como jefe del departamento de economía y política. También se  desempeñó como consultor político en la embajada estadounidense en Bogotá, Colombia.

A pesar de pequeños avances concretos en cuestiones como envíos postales y cuestiones migratorias, las relaciones bilaterales parecen tan lejos de mejorar  como lo estaban hace décadas. 

La Sección de Intereses de Cuba en Washington, por ejemplo, desde octubre no consigue un banco estadounidense o con sede en Estados Unidos que acepte  administrar sus cuentas, a raíz de la legislación de Estados Unidos hacia Cuba.

El Departamento de Estado pide que Cuba libere al estadounidense Alan Gross, arrestado en 2009 en La Habana por introducir sofisticados equipos de telecomunicaciones, alegando "razones humanitarias". 

En contrapartida, Cuba sugiere una negociación bilateral que ponga sobre la misma mesa el caso de Gross y el de tres agentes cubanos, de un grupo original  de cinco, que cumplen pena en cárceles estadounidenses.

Este miércoles, el jefe de la misión cubana en Washington, José Ramón Cabañas, reiteró la disposición de su gobierno a iniciar esas conversaciones "sin precondiciones", y dejó claro que La Habana estaba armada de paciencia.

"Hemos esperado 55 años (para regularizar las relaciones bilaterales), y si no se deciden esperaremos otros 55 años", hasta que "a lo mejor nos sentamos y  hablamos", dijo Cabañas.

"No es Cuba quien pone los obstáculos", aseguró.

La liberación de un soldado estadounidense en manos de talibanes a cambio de cinco detenidos de la prisión de Guantánamo pareció reforzar esta semana las  posibilidades de un acuerdo similar con Cuba, pero el Departamento de Estado se encargó de descartar que ello ocurra.