El portal Wikileaks reveló que el gobierno del ex presidente colombiano, Alvaro Uribe, autorizó la realización de "operaciones clandestinas" contra la guerrilla de las Farc en territorio de Venezuela. Los informes, detallados hoy por el diario El Espectador, muestran que Uribe impartió la autorización mientras asumía una postura amistosa frente a su colega venezolano, Hugo Chávez.
Según los despachos diplomáticos, que datan de finales de 2006, "el entonces presidente Uribe no tenía ilusiones con Chávez y veía su enfoque anti Estados Unidos como un serio problema".
A pesar de ello, agregan, Uribe "prefería manejar al presidente de Venezuela e incluso plantear una atmósfera bilateral positiva con proyectos de energía y comercio, para manejar su comportamiento"
"Sin embargo, el informe de la embajada de Estados Unidos en Bogotá deja claro que esa postura de Uribe, de énfasis en la unión antes que la confrontación, le permitía la opción de llevar a cabo acciones armadas en Venezuela para proteger a Colombia de ataques terroristas", según El Espectador.
Se trataba de la autorización de "operaciones clandestinas contra las Farc al otro lado de la frontera según fuera apropiado", añade la publicación, que aclara que en ello debían evitarse casos como el del guerrillero Rodrigo Granda, que desató una grave crisis diplomática entre Colombia y Venezuela.
Granda fue detenido el 13 de diciembre de 2004 en Caracas en una acción encubierta de las autoridades colombianas y trasladado de inmediato a la frontera común y, luego, a Bogotá.
El periódico también ofrece detalles de cables relacionados con las denuncias de presencia de rebeldes de las Farc y, también, del Ejército de Liberación Nacional (ELN), en territorio venezolano, y con gestiones para un eventual proceso de paz con esta segunda guerrilla.
Los acercamientos con el ELN, que se habían emprendido en Cuba, era un "asunto recurrente" en los cables de las época, según el rotativo, que indica que el Gobierno de Noruega ofreció financiar un eventual proceso de negociación.
Los cables aludidos hacen parte de un conjunto de 16.000 que el creador de Wikileaks, Julian Assange, cedió a comienzos de este mes en Londres al director de El Espectador, Fidel Cano.