Fue literalmente la prueba de fuego de su carrera y Burhan Ozbilici la pasó con la nota más alta. El 19 de diciembre de 2016, el fotógrafo turco estaba cubriendo la inauguración de una exposición en una galería de arte en Ankara, cuando tras los discursos de rigor y sin que nadie lo esperara, un hombre vestido de terno alzó la voz - "Allahu akbar (Alá es grande)", dijo- y acto seguido acribilló al invitado de honor, el embajador ruso Andréi Kárlov. Luego agregó "No olviden Alepo, no olviden Siria". Sin pensarlo dos veces, Ozbilici se escondió tras una pared y comenzó a hacer su trabajo: tomar todas las fotos que pudo.
"Tardé unos segundos en darme cuenta de lo que había pasado: un hombre acababa morir frente a mi", declaró el fotógrafo. "Cuando volví a la oficina para editar las fotos quedé en shock.
En las imágenes se podía ver al asesino de pie detrás del embajador mientras hablaba. Como un amigo o un guardespalda". Era Mevlut Mert Altintas, un oficial de la policía turca fuera de servicio que en pocas horas dio la vuelta al mundo en todos los noticiarios.
Por su parte, Burhan Ozbilici también se hacía reconocido: sus imágenes únicas y estremecedoras ganaron el primer lugar de la categoría Reportajes del Año de la World Press Photo (WPPh), el certamen de fotoperiodismo más importante del mundo, y específicamente la del asesino, se convirtió en la Foto del Año.
No fue una decisión fácil. El jurado estuvo dividido y uno de sus miembros, el ex presidente de agencia Magnum, Stuart Franklin, escribió un carta admitiendo que él votó en contra de la foto debido a que era moralmente problemática por ser "una escenificación hecha a propósito para los medios de comunicación", dijo.
El fotógrafo español Claudi Carreras, miembro del jurado de la WPPh y experto en fotografía Latinoamericana, tiene claro por qué la imagen fue escogida ganadora pese a todo. "La foto es emblemática dentro del fotoperiodismo, muestra a un profesional que está donde acontece la noticia y que resuelve una foto literalmente jugándose la vida. La imagen como tal no es lo que interesa, hay varias mejores, pero acá lo que se está premiando es el símbolo, es la valentía de ese fotógrafo en hacer lo que debía", explica Carreras, quien por estos días está en Chile para la exposición que trae las 143 imágenes ganadoras y que se abre mañana en el Espacio Fundación Telefónica.
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Hombres sirios con un niño en brazos se abren paso a través de los escombros en el barrio Salihin.[/caption]
A cargo de la curatoría para Latinoamérica está la holandesa Babette Warendorf, quien da más antecedentes sobre el alcance controversial de la foto ganadora. "Está bien que haya discusión, esta es una foto explosiva y algunos pensaron que podía ser una plataforma para el terrorismo, pero no dejarla significaría que no podríamos mostrar más imágenes de atentados, o guerras.
En World Press Photo no hay censura, las muestras van a 100 países del mundo y si en alguno de ellos una foto no se puede mostrar simplemente la muestra entera no va. En este caso no pudimos llevar la exposición a Turquía porque justamente esta era una imagen considerada peligrosa", señala la curadora.
Desde 1955, el certamen fundado en los Países Bajos, tiene la misión de año a año reunir las mejores imágenes sobre los temas que dieron que hablar. "Hoy cuando está en boga el tema de las noticias falsas, nosotros apoyamos el fotoperiodismo de calidad, todas las imágenes son chequeadas al igual que la información detrás de ellas, para nosotros es muy importante que se pueda confiar en que lo que está viendo es real", dice Warenford.
Como todos los años, las imágenes de guerra no pueden faltar. Destaca la serie sobre la ciudad siria de Aleppo convertida en un campo de batalla, tomada por Walid Masshadi (2° lugar en Noticias); el actuar de los militares en Libia (3° premio en Noticias), de Alessio Romenzi; o el retrato de una mujer que sostiene el cuerpo de su sobrino muerto por una bomba en Kabul (1° lugar en Noticias, Fotografía individual), de Paula Bronstein. Los rostros de los niños ensangrentados remece en cada una de ellas, lo que contrasta con la protección de imagen que en otros lados del mundo reciben los menores de edad. "Se dice que el periodismo tiene un doble estándar porque es muy cauteloso con las imagenes de los niños en EEUU o Europa, pero en zona de guerra eso se suele dejar de lado. Claramente el fotoperiodismo está muy enfocado en un ojo europeo y aunque WPPh trata de hacer un concurso lo más diverso posible, sigue primando esa visión occidental", admite la curadora. "Sin embargo, este año a diferencia del anterior hay imágenes más coloridas y más diversas, de diferentes lugares del mundo".
El fotógrafo Claudi Carreras -quien dictará un workshop para jóvenes fotógrafos locales y dará una charla abierta a público este sábado- es crítico con ciertos aspectos del certamen. "World Press Photo es un concurso que tiene una mirada muy occidental, es la mirada hegemónica de los medios de comunicación y aunque es muy importante porque a través de ella entendemos el pulso de lo que está pasando, es importante que el público sepa que está no es toda la realidad", dice.
El español quien participó en el primer jurado seleccionador del concurso revela haberse sentido sorprendido por la poca presencia latinoamericana. "Hice un esfuerzo para que se les permitiera estar en el concurso, pero el tema es que no participan. Aal parecer hay otros canales como el concurso PoYi Latam, por ejemplo. En ese sentido World Press Photo esta consciente e interesado en dar más apoyo a fotógrafos de otros lugares como Latinoamérica o Africa".
El chileno Tomás Munita es uno de los tres representantes de este lado del mundo con la cobertura de la muerte de Fidel Castro, que ganó el primer lugar en Vida Cotidiana. Otro es Lalo Almeida, quien registro la conmovedora historia de Raquel, madre de gemelos con microencefalia afectados por el virus Zika y que se quedó con el 2° lugar en Temas Contemporáneos.
En otros temas de actualidad destaca el australiano Daniel Berehulak, quien registró la lucha contra las drogas que inició Rodrigo Duterte,nuevo presidente de Filipinas y donde cada día mueren traficantes, adictos y también inocentes; o la imagen de Jonathan Bachman, sobre las manifestaciones contra la violencia racial en EEUU.
Más allá de las noticias, la muestra exhibe en la categoría Deportes, el trabajo de Giovanni Capriotti sobre el primer equipo de rugby en Canadá que acepta homosexuales y en Naturaleza, el trabajo en terreno de Ami Vitale, quien registró los esfuerzos de China para proteger el hábitat de los osos panda, que de a poco abandonan el estado de animales en peligro de extinción.
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La foto del año: Altintas grita tras disparar al embajador ruso.[/caption]